La vida es injusta con Owen y Oswald, dos paletos perdidos en la América Profunda. Solos en la vida, con una mano delante y otra atrás, su única salida pasa por acabar con todos aquellos que se cruzan con ellos en esta carretera perdida. ¿Pero qué pasa cuando muerden más de lo que pueden tragar?
Título original: Butchers
Año: 2020
Duración: 94 min.
País: Canadá
Director: Adrian Langley
Guion: Adrian Langley, Daniel Weissenberger
Música: Adrian Langley
Fotografía: Adrian Langley
Reparto: Simon Phillips, Michael Swatton, Julia Mainville, Ana-Caroline Bynette, Nick Allan, James Hicks
La reinvención de un clásico.
Cuando The Texas Chainsaw Massacre estalló cabezas allá por 1974, Tobe Hooper ignoraba que había creado no solo un subgénero del terror, sino una estética. Feísmo, polvo y familias asquerosas se han utilizado como señas de identidad en multitud de películas casi clónicas. Adrian Langley se atreve a seguir el mismo camino pero añadiendo ciertos toques personajes y agradecidos.
La vida es injusta con Owen y Oswald, dos paletos perdidos en la América Profunda. Solos en la vida, con una mano delante y otra atrás, su única salida pasa por acabar con todos aquellos que se cruzan con ellos en esta carretera perdida. ¿Pero qué pasa cuando muerden más de lo que pueden tragar?
No hay medias tintas en la propuesta Adrian Langley, y puede que esta sea una de las señas de identidad en Butchers: tomar conceptos ya vistos, utilizar todos esos clichés que el espectador ya conoce de este tipo de películas, y convertirlos en una película que sabe reinventarse a cada giro de guion. Langley, hombre multidisciplinar ya que dirige, produce, escribe, es el director de fotografía, montaje y música, parte de algo que parece sencillo y no lo es: la historia, aparte de un prólogo, se desarrolla exclusivamente entre una mañana y una tarde, qué difícil rodar una película casi en tiempo real y encima a plena luz del día, Langley consigue que todo esto ocurra y, encima, logra que no baje de intensidad en momento alguno. Con esto no vamos a conocer a los personajes pero sufriremos con ellos ya que Butchers logra poner nervioso y deja con ganar de gritar a la pantalla: “no, por ahí no”.
Voy a ponerme metafísico pero Butchers me ha hecho pensar que este tipo de películas son como un bucle: alguien huye, debe ser capturado y/o eliminado para poder reiniciar el ciclo. Aquí tenemos a unos asesinos y unas victimas que corren unas alrededor de otras, que intentan romper el círculo y lo único que consiguen es morir en una guerra de desgaste. La violencia de esta película es muy física y realista, resultando dolorosa y dando tanto grima como su estética, ya que los interiores de las casas son asquerosos y dan picores.
Otro acierto de Adrian Langley es el casting: Simon Phillips, como el jefe de estos carniceros, resulta odioso y amenazador, pero es nada en comparación con Michael Swatton, claramente loco y una bomba a punto de explotar; en el lado de las víctimas, destacar a Julia Mainville por llevar adelante a la antagonista perfecta que no se rinde y luchará por su vida hasta las últimas consecuencias.
Repleta de un feísmo sorprendente, en medio de unos bosques hermosos, Butchers arranca con fuerza y sabe mantener el ritmo en una película agotadora pero absorbente y repleta de sorpresas.
Firma: Javier S. Donate.
🎬 VOD
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