Body Cam review
Título original: Body Cam
Año: 2020
Duración: 96 min.
País: Estados Unidos
Director: Malik Vitthal
Guion: Nicholas McCarthy, Richmond Riedel
Fotografía: Pedro Luque
Música: Joseph Bishara
Reparto: Mary J. Bigle, Nat Wollfs, David Zayas
Cuando las sombras de la noche esconden el terror.
Sorprende ver que un director concienciado con la causa racial en Estados Unidos como Malik Whitthal, de pronto se arriesga con una película de drama y terror como Body Cam… Pero al mismo tiempo su posicionamiento social condiciona la historia y la hace previsible.
La policía Renee Lomito-Smith se reincorpora al servicio tras una mala racha: su hijo murió ahogado y Renee ha estado suspendida por golpear a un detenido. Nada nuevo en el turno de noche, excepto que la emparejan con el novato Danny, pero de pronto una noticia pondrá todo patas arriba: uno de sus compañeros de patrulla ha sido brutalmente atacado. El misterio de este asesinato oculta algo peor en su interior.
En Body Cam encontramos dos guionistas: Nicholas McCarthy ya ha dirigido varias películas del género como The Pact, Home o The Prodigy, el otro es Richmond Riedel, guionista de dos cintas tan diametralmente opuestas como el drama Criminals o Target Practice (mato por ver esta, porque el argumento es muy loco: un grupo de amigos que van de viaje al bosque se encuentran un campamento de entrenamiento para terroristas); nada malo tener dos mentes pensantes si ambas reman en el mismo sentido, algo que no suena probable tras ver Body Cam ya que hay dos historias que luchan por tomar el control: la historia noir, nocturna y sucia, acerca de la brutalidad policial, y la trama de terror en el que un fantasma va aniquilando el turno de noche de la comisaria. ¿Qué trama es más importante? Claramente la primera para Malik Witthal ya que se maneja a la perfección cuando las cámaras toman las calles o viajan en el coche policial junto a la protagonista… Pero a cambio los momentos más interesantes de Body Cam son los que se meten de lleno en lo sobrenatural, como la secuencia del supermercado, donde se ven las posibilidades de lo que realmente podría haber sido Body Cam en caso que la película hubiera tomado el camino del terror puro y duro.
La película se beneficia de dos artistas conocedores del género, uno de ellos es director de fotografía Pedro Luque, suyas son las atmósferas malsanas en la muy disfrutable Dont Breathe, y al mando de la batuta el ya clásico Joseph Bishara gracias a sus pesadillas musicales en las sagas The Conjuring e Insidious. Si pasamos al nivel interpretativo, todo gira alrededor del personaje de Mary J. Blige, quien sorprende al dejar de lado su glamour y meterse en un personaje siempre contra las cuerdas; su interpretación es lo que mantiene el armazón de la película ya que es la única que transita entre la historia de corrupción policial y el drama sobrenatural. Aunque Nat Wollfs y David Zayas comparten metraje, sus personajes sirven para dar el contrapunto a Mary J. Blige e, incluso, sus motivaciones son bastante predecibles.
Body Cam tiene un par de secuencias interesantes pero la trama noir va muy rápido para dejar paso a lo sobrenatural y el terror va a saltos para reconducir la trama noir y vuelta al punto de inicio. ¿Este círculo significa que la película de Witthal es mala? No, pero se plantea un escenario interesante que merecía un mejor desarrollo.
Firma: Javier S. Donate.
🎬 VOD
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