#Alive review


Oh-Joon Woo es un youtuber que al poco de levantarse descubre que ha estallado un brote zombi. Aislado, sin comida ni señal de internet, la vida de este joven de pelo teñido se convierte en un infierno… Y cuando parecía que el fin se acerca, recibe señales de vida. ¡Hay otro superviviente!

Título original: #Saraitda

Año: 2020

Duración: 98 min.

País: Corea del Sur

Director: Il Cho

Guion: Il Cho, Matt Naylor

Fotografía: Won-Ho Son

Música: Tae-Seon Kim

Reparto: Ah-In Yoo, Shin-Hie Park, Hyun Wook Lee


¡Millennials, corred en tiempo de zombies!

Algunos se tiran de los pelos cuando una película “seria” de repente tiene un remake inconfeso en el que se reduce la edad de sus protagonistas, desvirtuando el conflicto. Un caso muy cercano es cuando la danesa Sorgenfri de Bo Mikkelsen, se convierte en Viral dirigida por los hermanastros Henry Joost/Ariel Schuman y las tribulaciones de una familia burguesa en Dinamarca durante una extraña pandemia se transforman en los problemas de unos adolescentes nihilistas con una pandemia en plena calle. Algo así es #Alive pero el resultado termina por ser menos interesante.


Oh-Joon Woo es un youtuber que al poco de levantarse descubre que ha estallado un brote zombi. Aislado, sin comida ni señal de internet, la vida de este joven de pelo teñido se convierte en un infierno… Y cuando parecía que el fin se acerca, recibe señales de vida. ¡Hay otro superviviente!

Para mí, #Alive es el remake coreano de la francesa Le Nuit A Dévoré Le Monde de Dominique Rocher, sustituyendo al autista DJ por un joven con cara de pasmo perpetuo. Lo que en la película de Rocher era una lucha por la supervivencia, una suerte de Robinson Crusoe en un edificio tomado por los zombis, en la cinta de Il Cho se transforma en una travesía por el desierto, ya que tener a un youtuber sin internet es como contar la historia de un pianista manco.

Cierto es que plantear una historia que se desarrolle íntegramente en un apartamento no es sencillo, pero ver cómo Oh-Joon Woo se mustia como una planta, da vueltas por la casa como un ratón en una jaula y no se atreve a hacer nada fuera del apartamento, termina por cansar cuando uno cree que han pasado varios días y, tan solo, han transcurrido dos. Los ataques zombis funcionan, sin más, pero las comparaciones son odiosas y pierden por goleada frente a otros productos zombi coreanos como Train to Busan o la serie Kingdom.

Il Cho y Matt Naylor plantean la historia y no muestran mucho interés por buscar algo original, más allá de que surge un nuevo superviviente cada vez que #Alive llega a un callejón sin salida. Hay ideas interesantes, para qué negarlo, como el uso de drones o el momento bombero, pero la historia no fluye bien y todo queda capitular, fragmentado.


Al igual que el guion, la cámara de Il Cho se mueve entre la zona de confort y lo predecible, sin ser capaz de transmitir miedo, tensión, sensación de cuenta atrás o de perdida absoluta. Las interpretaciones pendulan entre la sosería de Ah-In Yoo, que lleve veinte días sin comer ni es óbice para que su peinado y teñido sean de 10, y la más potente Shin-Hye Park como la presencia femenina.

¿Tienes ganas de ver esta historia bien contada? Le Nuit A Dévoré Le Monde (Review) de Dominique Rocher.

¿Prefieres más acción y menos comedura de tarro? #Alive.

Firma: Javier S. Donate.

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