Trespassers review

Sarah y Joseph pasan una mala racha en su relación de pareja. Para intentar arreglar las cosas, alquilan una lujosa casa en el desierto de Mojave junto a Estelle, la mejor amiga de Sarah, cuyo novio, Victor, muestra una creciente crueldad en su relación. Para completar el fin de semana infernal, una extraña mujer se presenta de noche para llamar por teléfono… Ah, y unos encapuchados sitian la casa en busca de algo oculto en su interior.


Título original: Trespassers

Año: 2018

País: Estados Unidos

Duración: 98 min.

Director: Orson Oblowitz

Guion: Corey Deshon

Fotografía: Noah Rosenthal

Música: Jonathan Snipes

Reparto: Angel Trimbur, Zach Avery, Jonathan Howard, Janel Parrish, Fairuza Balk, Carlo Rota


El infierno son las malas elecciones.

Ah, el Home Invasion, qué de momentos nos ha dado a lo largo de los años, desde aquel Funny Games de Michael Haneke (1997) pasando por estallido francés representado por Haute Tension de Alexander Aja (2003) o A’l Interieur (2007) del tándem Alexandre Bustillo y Julien Maury, incluso la cinta The Strangers (2008) de Bryan Bertino; pero como sucede en otros subgéneros del terror, las reglas ya están escritas y buscar la novedad resulta muy complicado.


Sarah y Joseph pasan una mala racha en su relación de pareja. Para intentar arreglar las cosas, alquilan una lujosa casa en el desierto de Mojave junto a Estelle, la mejor amiga de Sarah, cuyo novio, Victor, muestra una creciente crueldad en su relación. Para completar el fin de semana infernal, una extraña mujer se presenta de noche para llamar por teléfono… Ah, y unos encapuchados sitian la casa en busca de algo oculto en su interior.

La acumulación de elementos en una cinta funciona siempre y cuando cada nuevo elemento encuentre su lugar y, lamentablemente, Trespassers se convierte en una estantería repleta de libros que, en cualquier momento, se puede venir abajo por giros que desestabilizan el conjunto. El guionista Corey Deshon plantea unos personajes con los que el espectador no empatiza debido a que le importan poco, o nada, lo que les ocurra. Tras un breve prólogo para crear expectación, la cinta se ralentiza al mezclar situaciones que parecen el anuncio de una empresa inmobiliaria con esos pequeños estallidos de drama que, como dije antes, no terminan de funcionar debido al poco interés que despiertan los protagonistas. La llegada de la visitante podría añadir interés al conjunto, en esta acumulación despreocupada de elementos, pero resulta tan impertinente y revela tan pronto sus cartas que la violenta resolución se anticipa con demasiada rapidez para dar paso, ahí vamos otra vez, a un enfrentamiento entre los personajes. Y, claro, cuando llegan los invasores el espectador ya está cansado y/o aburrido.

La dirección de Orson Oblovitz es correcta, nada destaca ni chirría, y lo mismo podría decirse del trabajo actoral, ya que Angela Trimbur, Zach Avery y Janel Parrish cumplen con sus papeles y pasan de las risas al llanto y luego al terror; Jonathan Howard, como Victor el novio maltratador, tiene peor suerte debido a que su personaje, solo porque lo pide el guion, se convierte en una suerte de psicópata que amenaza la vida del resto… Curiosamente es la irreconocible Fairuza Balk, aquella joven adolescente en The Craft (1996), quien consigue la mejor interpretación con su incomodo papel de visitante nocturna. La fotografía de Noah Rosenthal se mueve entre lo publicitario y lo sucio sin encontrar el equilibrio; más curioso es el caso del músico Jonathan Snipes que utiliza, indistintamente, los sonidos retrochenteros y música inspirada en los años setenta sin que venga muy a cuento.


Y el mayor problema de Trespassers tiene lugar con los títulos de crédito, que es cuando te estallan todas las preguntas hechas durante la cinta: si los intrusos querían algo que se encontraba en el interior de la casa, ¿Por qué se esperan un día entero para volver si la casa está aislada de todo y todos?  ¿Por qué no la queman y se ahorran la búsqueda?  Supongo que esta segunda respuesta condiciona todo el guion de Corey Deshon: la casa ha sido alquilada para el rodaje, o puede que perteneciera a alguien que se la prestó y, sinceramente, vaya agradecimiento quemársela.

Trespassers puede ser recomendable si buscas una cinta con la que pasar el rato, una tarde de domingo sin grandes planes, porque ni aporta nada al subgénero del Home Invasion ni consigue suscitar el interés del espectador.

Firma: Javier S. Donate.