Dogs Don’t Wear Pants review

Juha es un ordinario padre de familia que vive feliz con las cosas sencillas de la vida. Un día su esposa muere ahogada. Años después, y con su hija ya adolescente, intenta conectarse de nuevo con la gente. Su búsqueda le lleva hasta Mona, una elegante y profesional dominatrix. Esto lo cambia todo.

Título original: Dogs Don’t Wear Pants

Año: 2019

Duración: 105 min.

País: Finlandia

Director: J.-P. Valkeapää

Guion: Juhana Lumme, J.-P. Valkeapää

Música: Michal Nejtek

Fotografía: Pietari Peltola

Reparto: Pekka Strang, Krista Kosonen, Ilona Huhta, Oona Airola, Iiris Anttila, Antons Baronskis


Retorcida y perversa historia.

Sin perder ese toque tan característico del cine finlandés, Dogs Don’t Wear Pants nos traza una historia que cuesta creer que ocurra en un país como Finlandia, no porqué sean muy diferentes al resto de europeos, pero se apartan bastante de la estereotipada imagen de ese submundo creado por las perversiones más oscuras del ser humano. Tampoco penséis que nos los imaginemos todo el día dándole al vodka o bailando una polka, pero tampoco que desciendan a los abismos de una manera tan salvaje, más propia de países de más al sur.


Dicho esto, añadir que la nueva hornada de directores finlandeses parece que se aproxima a un cine más internacional, con todo lo bueno y lo malo que eso significa. Visto desde aquí, comentar que añoramos algo ese toque casi infantil que destilaban las obras provenientes de ese país. ¿La trama? Pues algo sencilla a la vez que tétrico y dramático.

Juha es un ordinario padre de familia que vive feliz con las cosas sencillas de la vida. Un día su esposa muere ahogada. Años después, y con su hija ya adolescente, intenta conectarse de nuevo con la gente. Su búsqueda le lleva hasta Mona, una elegante y profesional dominatrix. Esto lo cambia todo.

J.-P. Valkeapää se atreve con una obra que progresivamente nos va mostrando el profundo cambio que se produce en Juha, el protagonista, un reputado cirujano del corazón. Lo hace a través de un guion muy sólido que roza el film noir por la manera en que está rodado. Nos enseña la relación, nunca fácil, entre un padre y su hija adolescente en ausencia de la madre. A todo esto, el perfectamente dibujado personaje del padre se va preguntando el porqué de su absurda existencia, que vista desde fuera se podría calificar de perfecta.

El hastío le lleva hasta un personaje totalmente opuesto a él. Una fisioterapeuta que en sus horas libres se encarga de unos trabajitos algo peculiares. Como estaréis imaginando, entre ellos dos se entabla una especie de amor-odio, algo que nos llega a cautivar.
En las escenas más escabrosas encontramos a faltar algo más de profundidad, aunque algunas de ellas nos hagan mirar hacia otro lado sin ser, ese es uno de sus puntos débiles, terroríficas. Se trata más bien de situaciones que nos enseñan sin tapujos aquello que imaginábamos pero que visto en pantalla se vuelve retorcido y cruel.


Las interpretaciones son de altura, ya que interpretar a esos seres requiere un plus que los protagonistas alcanzan sobradamente. Empezamos con Pekka Strang en el papel de Juha, su físico habla al interpretar. Su pareja de baile, Mona, está interpretada por una gran Krista Kosonen que sin muchos aspavientos logra hacer creíble un personaje que podría haberse convertido en una caricatura. El trío principal lo acaba Ilona Huhta en el papel de Elli, la hija.

Un curioso film que aborda un tema que parece que esté oculto. El final contradice algo el alma con que está rodado, pero resulta simpático, no sabemos si para acercarnos algo a la marca de fábrica del cine finlandés. Perfectamente recomendable.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan