Titulo Original: Pyewacket
Año: 2017
Duración: 90 min.
País: Canadá
Director: Adam MacDonald
Guion: Adam MacDonald
Música: Lee Malia
Fotografía: Christian Bielz
Reparto: Nicole Muñoz, Laurie Holden, Chloe Rose, Eric Osborne, Romeo Carere, James McGowan, Bianca Melchior
Terror soft con una historia potente.
Si hay algo que se nos antoja peligroso es la magia negra, todo y suponiendo que la persona que se atreva a hacer este tipo de ritual ha de estar avezada en este peligroso arte. Si a falta de esto le sumamos que a quien se le ocurre realizarlo es a una adolescente muy poco ducha en la materia, tenemos un explosivo coctel maravillosamente idóneo para realizar una película.
Leah es una adolescente que tras empaparse de todo tipo de libros de rituales satánicos, ingenuamente realiza un ritual para despertar a una bruja llamada Pyewacket con el fin de cargarse a su madre. La cosa no le sale como esperaba.
Con estas premisas estoy seguro que ya se os estará haciendo la boca agua. No nos engañemos, la historia es ingeniosa, su realización cinematográfica no tanto. Plasmar ese universo de forma perversa tendría que haber sido la base fundamental, pero se queda solo en el vestíbulo sin pasar la frontera de lo correcto. Ese freno viene dado por intentar explicarnos por activa y por pasiva la difícil relación entre una amargada madre y su hija en la efervescencia de la juventud, quizás con cuatro pinceladas habría sido suficiente tardando excesivamente en aparecer el auténtico terror. Esto último nos remueve la conciencia, puesto que el tramo final, excesivamente corto, es de armas tomar. Enseguida viene a nuestra mente el deseo de que todo hubiera empezado mucho antes.
A pesar de lo dicho tenemos que alabar el elaborado guion, obra de Adam MacDonald, que nos depara alguna que otra sorpresa al finalizar la cinta, reafirmando lo que hemos comentado con anterioridad. El ritmo es muy correcto aunque queda encorsetado en unos escasos noventa minutos, dando la impresión de que acaba apresuradamente.
Tenemos que destacar la música de Lee Malia que tiene un toque siniestro tipo al de la banda sonora original de Suspiria (Dario Argento, 1977). Sin abandonar la parte más técnica, nombrar la excelente fotografía a cargo de Christian Bielz.
En cuanto a las interpretaciones nos encontramos con que las tres protagonistas principales son mujeres. Empezamos con Nicole Muñoz en el papel de Leah, que a pesar de su juventud tiene ya un largo recorrido. Seguimos con la madre interpretada por Laurie Holden que cuenta con una larga carrera a sus espaldas. Finalizamos el periplo femenino con Chloe Rose. En referencia a las interpretaciones masculinas, tienen papeles muy secundarios sin poder destacar a nadie.
Vamos acabando ya. Tenéis delante de vuestro un producto muy bien acabado, de manera exquisita diría yo, pero falto de fuerza. De todas maneras lo podríamos recomendar a los amantes del terror soft, a los cuales no les interesa mucho la truculencia. Mucho me temo que son minoría, pero para eso estamos, para intentar que los tentáculos del terror lleguen a todo el mundo.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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