Título original: Ribâzu ejji
Año: 2018
Duración: 118 min.
País: Japón
Director: Isao Yukisada
Guion: Misake Setoyama, Kyôko Okazaki (manga)
Música: Hiroko Sebu
Fotografía: Kenji Maki
Reparto: Fumi Nikaidô, Ryô Yoshizawa, Aoi Morikawa, Shûhei Uesugi, Sumire, Shiori Doi
Una historia de aterradora realidad.
Parece inicialmente una incongruencia que en el siglo de la tecnología Isao Yukisada se incline por filmar una historia, basada en el manga de Kyôko Okazaki, ambientada en la década de los noventa en medio de una crisis económica galopante del país nipón. Esto lo lleva hasta el extremo al estar rodada en la relación de aspecto de la pantalla 4:3 y con una fotografía comúnmente utilizada en ese periodo. Tenemos que agradecer todo esto al encargado de la fotografía Kenji Maki si bien si un film tiene otros ingredientes, toda esa parafernalia técnica puede hasta pasar desapercibida.
River’s Edge tiene todos los ingredientes necesarios para engancharnos desde el primer momento, siempre bajo la mirada penetrante y femenina de la ilustradora de manga Okazaki cuya adaptación corre a cargo, a través de un gran guion, de Misake Setoyama.
En ella nos describe a unos personajes dispersos y que dan la impresión de querer quemar los cartuchos de la vida ametralladoramente. Ese ansía de vivir rápido y sin respiro da lugar a situaciones de auténtico terror, dicho esto en el sentido más light de la expresión. A veces da más cague la cruda realidad que toda una legión de asesinos en serie pidiendo tanda como si estuvieran en un ambulatorio bajo los efectos de una epidemia de gripe.
Haruna asiste a una escuela de secundaria dónde comparte clases con el que es su pareja, Kannonzaki, y el homosexual Ichiro, el cual sufre bullying por parte de sus compañeros capitaneados por un enloquecido Kannonzaki. El misterio y la sensibilidad de Ichiro atraen a Haruna.
Magnífico trabajo de Isao Yukisada en todos los aspectos. Dejando de lado el apartado técnico que hemos comentado con anterioridad, contamos con una destacada realización en la cual sobresale la dirección de actores. Son muchos los integrantes del elenco a los cuales mueve a su gusto sin escatimar alguna que otra escena escabrosa, en todos los aspectos, destacando, como parte algo negativa, el abuso de las escenas en la que el sexo cobra protagonismo.
Sin apenas darnos cuenta toca muchos palos: sexualidad, drogas, crisis económica y social, bulimia, depresión, amor, amistad... en fin, toda una serie de elementos que si no están bien sincronizados acaban por distraer al personal, en esta ocasión está todo muy bien encajado, notando a faltar algo más abrupto o que nos haga mirar para otro lado, oportunidades tiene, quizás no las ha querido aprovechar del todo.
Una de las patas en las que se asienta el film son las interpretaciones. Empezaremos por la siempre enigmática Fumi Nikaidô, Haruna, a la cual recordamos de la célebre El Mundo de Kanako (Kawaki. Tetsuya Nakashima, 2014). Seguimos con Ryô Yoshizawa en el papel de Ichiro y Shûhei Uesugi como Kannonzaki. Nombrar también por su excelente trabajo a Sumire y a Shiori Doi.
Altamente recomendable para todo buen amante del cine asiático. Su novedosa puesta en escena eleva todavía más el siempre bien elaborado cine japonés.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.