Título original: Hurt
Año: 2018
Duración: 93 min.
País: Estados Unidos
Director: Sonny Mallhi
Guion: Solomon Gray, Sonny Mallhi
Música: Cj Johnson, Tom Schraeder
Fotografía: Jorel Odell
Reparto: Emily Van Raay, Andrew Creer, Bradley Hamilton, Stephanie Moran, Michelle Treacy, Natalie Olivia Clarke
Una visión diferente del slasher.
La noche de Halloween es un tema tan recurrente en la galaxia cinematográfica estadounidense que con solo nombrarla saltan todos nuestros resortes mentales. Nos empezamos a imaginar situaciones que, aunque seamos muy retorcidos, provocan que nuestro dibujo de la película esté casi hecho. Basada en un hecho real, Hurt tampoco inventa nada, es un deja vu con algunos matices, entre ellos la manera en qué está rodada. Preciosista y poética sería la manera más concisa de describirla, ignorando casi por completo lo que realmente interesa al público adicto a los slashers, las escenas algo subiditas de tono en cuanto a sangre y gore.
Esto último tampoco quiere decir que la denostemos abiertamente. Introduce algún que otro ingrediente que no por menos manido es más eficaz. La tensión, por lo tanto, tiene la particularidad de durar toda la cinta, ayudada por una banda sonora de gran nivel cuya autoría recae en CJ Johnson y Tom Schraeder, eso sí, preparaos para escuchar los habituales bocinazos aunque no se abuse excesivamente de ellos, están colocados en el momento justo.
En cuanto a la historia, nada nuevo bajo el sol. Es la típica cinta en la cual el serial killer de turno hace de las suyas, aprovechando, ¿cómo no?, la noche en la que el “truco o trato” es moneda de cambio.
Parece que la vida transcurre apaciblemente en New Caney, Texas. Durante la noche de Halloween Rose se dedica a asustar a los niños utilizando una máscara, como tantas otras esa noche. Tommy, su esposo, acaba de llegar de la guerra y juntos se dirigen al espectáculo anual de terror del pueblo. Allí las cosas se empiezan a tornar bastante oscuras.
A pesar de la reiteración de situaciones que provoca el uso y abuso de la noche de los muertos, la visualización de Hurt se vuelve muy placentera. Ayuda a eso su buen ritmo, que no decae en ningún momento, su justa duración, y la excelente interpretación de su protagonista Emily Van Raay que da en el clavo alejándose bastante de la imagen de la scream queen habitual en ese tipo de films. La falta de chicha convierte la cinta en un slasher edulcorado que salva los muebles por lo comentado anteriormente.
Paisajes rurales donde el verde toma el protagonismo a la vez que enseña los restos de una industria en decadencia, son sus señas de identidad ensalzadas por una gran fotografía a cargo de Jorel Odell.
Del resto del elenco destacar al australiano Andrew Creer, en el papel de Tommy. En papeles más secundarios no encontramos con Bradley Hamilton y Stephanie Moran.
Para acabar decir que si la recomendamos a todos los amantes de las cintas de serial killers, éstos nos acabarían insultando. Esto que parece algo negativo, abre el abanico de público a aquellos a los que no les guste demasiado la sangre y a los que adoren una manera de rodar entre poética y contundente.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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