Entrevista a Sadrac González-Perellón director de Black Hollow Cage


Sadrac González-Perellón (ganador del premio de honor del jurado en el Festival de Cine de Austin por su anterior trabajo, Myna se va) escribe y dirige Black Hollow Cage, película española que tuvo su Premiere Mundial en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Neuchâtel, en Suiza y se alzó con el Premio del Jurado en el BiFan. Protagonizan la película Lowena McDonell, Julian Nicholson, Haydée Lysander y Marc Puiggener.


¿Esperabas la buena recepción que está teniendo tu película en el circuito de los festivales?

Pues la verdad es que si, cuando escribía el guion recuerdo que pensaba que no tendría demasiada repercusión en salas comerciales y al final la hemos podido vender en todo el mundo. Que sería más una película para festivales, que suelen coger más este tipo de producción.


¿Cuáles han sido tus influencias a la hora de dirigir Black Hollow Cage?

Tengo muchas influencias, pero aprovechando que estamos en el festival de Molins de Rei que hace una introspección al cine de Haneke, pues él sería uno de los más importantes.


Hitchcock decía que lo más difícil es rodar con niños y animales, tú haces ambas cosas, ¿fue un rodaje difícil?

Me encanta trabajar con niños, mis cortometrajes siempre han sido protagonizados por niños, de hecho, en el caso de Lowena McDonell, la actriz protagonista, cuando hicimos el casting buscábamos a una niña que tuviera talento, pero también que pudiera aguantar el rodaje como un adulto. Recuerdo que mi amiga Sonia Escolano siempre dice que los actores deben trabajar como si fueran soldados, y creo que por ser niño no creo que debas trabajar menos. Así que realmente trabajar con Lowena fue genial, porque es como una adulta, lleva actuando desde los seis años. Lo difícil fue trabajar con el perro, tenía muchos inconvenientes porque quise que fuera mi perro por fetichismos míos. Eso costó que repitiéramos y repitiéramos, perdiendo mucho tiempo de rodaje hasta que nos dimos cuenta de que teníamos que volver a rodar todas las escenas del perro, los últimos tres días solo rodamos escenas con el perro. Al final teníamos que poner jamón en la cara de los actores para que les mirara a la cara.


¿Crees que las escuelas de cine te preparan para salir ahí fuera y rodar una película?

No. Yo estudié Comunicación Audiovisual, eso no es estudiar Cine. Además que ni lo terminé. Porque me di cuenta que mientras yo estaba estudiando otros ya estaban rodando cortos y cuando yo saliera de ahí ya estarían rodando largos. Me parecía que estaba perdiendo el tiempo. Obviamente aquí en Catalunya tenemos la ESCAC, que es una escuela a nivel mundial muy potente, de hecho la mayoría de mi equipo ha salido de ahí, lo cual es genial. Pero esta y otras escuelas quizás tengan el defecto de no tener una asignatura para saber dirigir a actores, enseñan a rodar planos preciosos y una estética fantástica pero no a tratar con los actores. Entonces te encuentras a directores que no tienen ni puta idea de dirigir a actores.


Podemos ver que la película toca varios géneros, ¿lo planteaste originalmente así?

Sí, es un retrato intimista que habla sobre la redención, la perdida, la venganza, la imposibilidad de volver en el tiempo para arreglar algún error. La relación entre padres e hijos es una tema que me parecía muy interesante de contar. Pero ya en el guion cuando escribo escenas tengo tendencia a llevarlas un poco al extremo. Hay un par de escenas que no sabes si es un drama o una especie de comedia. Me apetecía jugar a eso, escribir todas las locuras que se me pasaran por la cabeza. Me lo pasé muy bien escribiendo el guion porque quería hacer una película para festivales y me pareció que lo mejor que podía hacer era lo más anti comercial posible, al menos durante la fase del guion, luego en montaje y post producción sí que intentas hacer algo un poco más convencional, porque había que venderla.


¿Puedes contarnos alguna anécdota del rodaje?

Me encanta contar esta. Era la escena más complicada para Julian Nicholson que interpreta al padre de Álex. En esta escena, es difícil explicarla sin destripar nada, digamos que se encuentra en una situación muy complicada a nivel dramático. En este tipo de escenas los personajes tienen tendencia a llorar y ya está, y como consideré que ya habían suficientes lágrimas en esta película pensé que la reacción del padre debía ser diferente, como si fuera un animal. Julian me dijo que no la quería ensayar, que quería que fuera algo espontáneo. El día que tocaba rodar esa escena me dijo que no se encontraba muy bien y entonces la escena no salió demasiado bien, por lo que decidimos volver a rodarla al día siguiente. Y tampoco le salió. Como ya nos habíamos comido muchos días de rodaje por culpa de las escenas con el perro solo nos quedaba tiempo para hacerla una vez más. Mientras la estamos rodando el actor se fue, yo pensé que era parte de la interpretación pero resulta que se había marchado porque estaba cabreado con él mismo porque no le salía. Empezó a gritar en la terraza, fui para allá y me agredió físicamente, me gritó, me cogió de la chaqueta... una vez terminó le pregunté si ya estaba mejor y si ya podíamos volver a rodar. Entonces le salió genial, me encanta como quedó. Aquella noche durante la cena él se escondió avergonzado y le dije que yo estaba encantado porque los directores juegan con las emociones de los actores. Y debo decir que no fue la primera vez que recibo una hostia de un actor.


¿Cuál es tu película de terror preferida?

Tengo muchas favoritas. Es complicado. Si hablamos de mi infancia hablamos sobre The Thing de John Carpenter, no sé si es mi favorita, pero es la primera que se me viene a la cabeza.