Título original: Get Out
Año: 2017
Duración: 104 min.
País: Estados Unidos
Director: Jordan Peele
Guión: Jordan Peele
Música: Michael Abels
Fotografía: Toby Oliver
Reparto: Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford, Caleb Landry Jones, Marcus Henderson, Betty Gabriel, Lakeith Stanfield, Stephen Root, LilRel Howery
Se nos eriza el vello al visualizar los primeros minutos que compactan la entradilla principal a modo de exquisita demostración de fuerza de lo que va a ser la película, donde apenas se muestran unos créditos en pantalla y la cabeza ya te quiere explotar. Sí, estamos ante una gran película de terror y todavía no hemos visto nada. La mente se nos retuerce con los acordes de la música creada por Michael Abels, que chocan contra las imágenes de manera inconexa como solían hacer aquellas películas de terror clásico, avanzadas a su época, que echamos en falta en el cine de terror moderno, donde la sutileza se ha hecho bocinazo y la atmósfera y misterio ha sido devorado por los efectos digitales.
Chris Washington es un chico afroamericano que tiene como pareja a Rose Armitage una chica blanca adinerada. Un día Chris es invitado por su chica a conocer a sus padres, y él, no las tiene todas consigo, pues no sabe cómo reaccionarán ellos ante la primera relación interracial de su hija, aun así, algo reticente, el joven termina por aceptar la invitación sin llegar a imaginar dónde se está metiendo.
No desfallece ni baja el ritmo tras la magnífica introducción, la intriga inicial ha quedado como un regusto en el paladar que sigue presente, además los diálogos acompañan la situación, a la vez que nos presentan a los personajes con quien nos iremos familiarizando con gran interés ya que todos ellos cuentan en la historia.
Sabemos dónde estamos y qué es lo que estamos viendo, pero no sabemos hacia dónde vamos, a menos que hayáis visto el tráiler, (en este caso habréis visto la película prácticamente, lo siento por vosotros), para el resto de mortales, y siguiendo por donde iba, siempre vivimos presos de esa segunda parte que sabemos que vendrá en toda película de terror, pero en este caso está todo uniformemente bien seleccionado, más que un cambio de ritmo, que también, o giro funcional, experimentamos un cambio estético, como si el tiempo no hubiera pasado para alguno de ellos, casi como un agujero temporal entre la ciudad y el campo que nos transporta mediante el viaje en coche que realizan los protagonistas y nosotros con ellos. En esta maravillosa parte del nudo es donde la película explota sutilmente para convertirse en una de las recomendaciones más serias que pueda hacer este año referente al género, igual que sucedió con I am not a serial killer (Billy O’Brien) en 2016, True Love Ways (Mathieu Seiler) en 2015 o It Follows (David Robert Mithell) en 2014, ahora en 2017, éste puede ser el diamante en bruto a descubrir por todos los que amamos el cine de terror.
Blumhouse Productions (Insidious, The Gift o Paranormal Activity entre muchas otras) se encuentra tras el primer film del cómico, guionista y actor Jordan Peele quien demuestra tener grandes dotes para dirigir un magnífico guión de cosecha propia donde quizás solo le traiciona el exceso de humor en algunas partes de la película por parte del personaje de Rod Williams interpretado por LilRel Howery, con el que la película pierde un poquito de seriedad para la tensión global.
Misteriosa como pocas en la actualidad, con unas interpretaciones por parte de todos los extras, especialmente los habitantes de la casa, así como del protagonista Daniel Kaluuya, que nos hacen emitir en más de una ocasión un grito mudo de impotencia y sorpresa a partes iguales. Recordad que… “Lo negro está de moda.”
Firma: Gerard FM.
@tmagerard
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