Crónica Festival de Cannes 2017 día 6


Lunes 22 de Mayo

Hoy ha sido uno de esos días en los que nos gustaría que se repitiera continuamente, algo así como el día de la marmota en versión Côte d'Azur. Día espléndido, grandes películas, presentaciones y otros asuntos que no se pueden explicar aquí.

Vamos a empezar. Hacemos la inauguración de la jornada con la coproducción Reino Unido-Irlanda The Killing of a Sacred Deer del director de origen griego Yorgos Lanthimos. En el guion cuenta con la colaboración de su compatriota Efthymis Filippou. A caballo entre el terror y el drama, sus películas se adentran dentro del absurdo en lo extraño de la vida. Como muestra su film, que tuvo tan buena acogida allá por el 2009, Canino. En la que estamos hablando hoy nos cuenta una historia perturbadora que puesta en manos de un director de origen asiático, por ejemplo, habría acabado con toda la pantalla llena de sangre. Su toque personal evita eso dedicándose más a intuir que a mostrar. Suponemos que el público que tira más por la primera opción se habrá quedado un poco desencantado, pero no dar la batalla por pérdida, precisamente puede llegar a ser más impactante ese tono frío y algo impersonal. En el apartado interpretativo nos encontramos ante grandes nombres. Un convincente Colin Farrell (Última Llamada y Alejandro Magno) encabeza el reparto. A continuación tenemos que nombrar a la siempre eficiente Nicole Kidman (Eyes Wide Shut y Stoker). Para acabar nombrar a los jóvenes Raffey Cassidy, Barry Keoghan y Sunny Suljic, que bordan sus papeles. Steven es un brillante cirujano que toma bajo su protección a un adolescente que poco a poco se va introduciendo en su familia. La adaptación de la tragedia de Eurípides se vuelve totalmente libre.

Seguimos con uno de los momentos más esperados del Festival, Happy End del director austriaco Michael Haneke. Pensaréis que estamos como unas cabras al decir que ha valido la pena venir hasta aquí solo para ver este film, pero es que después de verlo todavía nos hemos quedado cortos. El que haya seguido la obra de Haneke se imaginará ese estilo suyo tan particular al explicar historias. En Happy End no se aparta mucho de eso, pero se aprecia un cambio que puestos a definirlo lo podríamos sintetizar como viraje hacía la comedia. Es un cambio casi inapreciable, pero hace gala de un optimismo nunca visto hasta el momento, al menos en la manera como lo expone. Lo que explica, como siempre, rozando ese surrealismo kafkiano que tanto nos gusta. No vamos a detallar aquí toda su filmografía, pero siempre nos gusta dar alguna que otra pincelada de los títulos que componen la obra del director. Hemos elegido, cuando veáis la película ya sabréis el porqué, Amour, El Vídeo de Benny, Caché y La Pianista. Sin ser actores fetiche, Haneke echa mano de alguno de los intérpretes de films anteriores, como son Jean-Louis Trintignant (Un Hombre y una Mujer, El Conformista y El Trepa) e Isabelle Huppert (Las Hermanas Brontë, Les Valseuses y 8 Mujeres). Destacar la participación de Toby Jones (Berberian Sound Studio y Los Juegos del Hambre) y Franz Rogowsky (Victoria). La adinerada familia Laurent se reúne en la residencia de la familia en Calais. Mientras tanto los refugiados caminan por las calles de esa ciudad esperando hacer otro intento para cruzar el túnel.

Pero en Cannes no son todo grandes producciones. Estrenamos sección, La Quinzaine des Réalisateurs para ver el documental West of the Jordan River del director nacido en Haifa Amos Gitai. Interesante documento gráfico del sempiterno conflicto palestino-israelí visto desde todos los ángulos. Desde la más intransigente derecha judía, hasta la más radicalizada resistencia palestina. Tiene el tono optimista de buscar a largo plazo una pacificación, por otra parte imprescindible, para que la paz reine en una parte del globo que más parece un polvorín que un sitio para vivir. Desgraciadamente  los últimos acontecimientos parecen querer quitarle la razón.

Para finalizar el día asistimos a la presentación del Festival de Sitges en su 50 Aniversario. Una gran expectación ha rodeado el evento, de eso da fe la cantidad de gente del cine que se ha acercado para conocer las últimas novedades del festival de género de referencia.

Ha sido un día redondo. A pesar de que el cansancio empieza a hacer mella, tenemos la sensación contraria, es decir ha pasado todo volando en un festival único en su especie. Y es que Cannes es muy grande, muchísimo, en todos los sentidos.