Titulo original: El Bar
Año: 2017
Duración: 102 min.
País: España
Director: Álex de la Iglesia
Guión: Álex de la Iglesia, Jorge Guerricaechevarría
Música: Carlos Riera, Joan Valent
Fotografía: Ángel Amorós
Reparto: Mario Casas, Blanca Suárez, Secun de la Rosa, Terele Pávez, Carmen Machi, Jaime Ordóñez, Joaquín Climent, Alejandro Awada
Un gran paso para Álex de la Iglesia.
En España hay bastante catálogo de directores especializados en el fantástico y de terror, y Álex de la Iglesia destaca por ser precisamente uno que no siempre recurre a estos géneros en todas y cada una de sus películas pero mantiene esos elementos en toda su carrera, El Bar no es una película de terror (desde el punto de vista del espectador, desde los personajes ya sería otra historia) y tampoco de ciencia ficción pues, desgraciadamente, lo que ocurre es totalmente posible en los días que nos tocan. Pero existe esa atmósfera de irrealidad agresiva imperante en su filmografía que hace pensar que este director siempre ha dirigido terror.
Una rutinaria mañana un grupo de extraños y conocidos coinciden en un bar. A los pocos minutos uno de ellos se despide y al salir por la puerta es disparado en la cabeza. Inmediatamente los que quedan dentro se sentirán atrapados y con miedo a salir.
La película es thriller y comedia negra a partes iguales, el espacio es muy reducido, solo hay tres lugares pero un buen trabajo de fotografía y un ritmo correcto (salvo algún bajón) no empañan el resultado final. Un guión mucho más sencillo de lo que podría parecer en un principio se sitúa en un plano secundario pues lo importante son los personajes, todos estereotipos pero la mayoría carismáticos y con un arco argumental interesante a medida que el estrés va aumentando. Noté un cierto homenaje a La Cabina, el inolvidable telefilm de Antonio Mercero, nada sospechoso cuando el director vasco suele homenajear en sus películas a trabajos y cineastas clásicos.
Puede que este no sea su trabajo más celebrado (en el imaginario colectivo queda El día de la bestia) pero si se le nota cierta evolución tras sus últimos trabajos algo menos afortunados. Donde destaca especialmente es en la dirección de actores, se le nota que se ha esforzado más que en otros aspectos consiguiendo que todos los personajes tengan su momento y se comporten de manera lógica dentro de su carácter. Reparto muy coral y conocido para el director en los que, sorprendentemente, sorprenden Mario Casas (Las brujas de Zugarramurdi, Grupo 7) y Secun de la Rosa (Lobos de Arga), dos actores que me parecen muy limitados y que aquí hacen lo que considero su mejor trabajo hasta el momento. Por allí andan la gran Terele Pávez (Balada triste de trompeta, 99.9 La frecuencia del terror), Carmen Machi (Mi gran noche) y Joaquín Climent (La chispa de la vida, Cien años de perdón) buenos interpretes todo y que a veces trabajan con el piloto automático, siempre cumplen en sus respectivos trabajos. Pero el que destaca por encima de todos es Jaime Ordóñez, actor que nunca ha tenido papel protagonista pero que se le reconocen grandes dotes dramáticas y de comedia, en esta, que interpreta a un sin techo hace clase magistral y, prácticamente, lleva el peso de la película aparte de ser el alivio cómico. Casi nada.
No es su mejor película pero para nada es de las peores, si eres fan del director vasco esta película te gustará, si en cambio eres de los no entusiastas de su trabajos esta película no te va a hacer cambiar de opinión. Personalmente la veo como una buena película, muy entretenida y con toques de humor muy acertados, pese a bajones de ritmo y lo que viene siendo habitual en Álex de la Iglesia, un tercer acto que no hace justicia al resto de la película.
Firma: Oriol Hernández.
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