Título original: Una Historia de Violencia
Año: 2016
Duración: 8 min.
País: España
Director: Vicente Ruiz de León
Guión: Vicente Ruiz de León
Música: Iván Capillas.
Fotografía: Gonzalo Flórez.
Reparto: Ramón Álvarez, Salomé Camacho, Gregory Brossard, Keira Díaz Ruiz, Rodrigo Bayón, Luis Bertó, Serban Alexandru Maurici
Acción y terror en un ritmo frenético.
Cuando uno se lo pasa en grande viendo un producto audiovisual poco importa que una parte del mismo pese más que otra. Como su nombre indica Una Historia de Violencia es eso último en estado puro, que sea justificada o no va a gustos.
Lo primero que llama la atención es cierto toque asiático sobre todo en las brutales escenas de acción, que dicho sea de paso, son el noventa por ciento del cortometraje. El ritmo frenético de las mismas, la cadencia sin un solo fallo y la sensación de estar en medio de tanto mamporro, la hacen sublime y tremendamente entretenida. El minúsculo espacio donde transcurren todavía engrandece más una coreografía que hacía tiempo que no disfrutábamos. El responsable de ese apartado es Gregory Brossard, un especialista en escenas de acción con un largo currículum a sus espaldas y que además interviene como actor.
Gran trabajo en la dirección de Vicente Ruiz de León, encontrábamos a faltar en este país a alguien que apostara claramente por un tipo de cine que cuenta con legiones se seguidores y que tiene como bandera el entretenimiento y la diversión. ¿El argumento?, eso es lo de menos, para lo bueno y para lo malo.
En la habitación de un hotel, una mujer acompañada de una niña son avisadas, a través del teléfono, de que deben salir por piernas. La realidad les espera tras la puerta.
Sin tiempo a digerirla del todo, sus escasos ocho minutos se nos antojan cinco o incluso menos. Las excelsas escenas de acción rodadas en un escueto espacio son para enmarcar, se nota la maestría en el manejo de la cámara, ayudada por una gran fotografía a cargo de Gonzalo Flórez, el cual cuenta con una gran trayectoria en el mundo televisivo. El guion, obra asimismo de Vicente Ruiz de León, no es su punto fuerte aunque tampoco penséis que le daréis mucho a la mollera, no da tiempo para más. Si hubiéramos buscado algo más ligado dramáticamente se hubiera perdido la esencia y lo que se quería explicar.
Ahora os tengo que pedir que perdonéis mi osadía si digo que recuerda vagamente a Oldboy de Park Chan-wook en su apartado más violento y A Serbian Film de Srdjan Spasojevic en su lado más truculento.
Las interpretaciones rayan a gran altura, no por su bis dramática, si no por cómo se desenvuelven en un entorno tan movidito. Habría que nombrarlos a todos, pero por citar a dos estos serían Ramón Álvarez y Gregory Brossard. El primero por interpretar a un personaje algo sorprendido por los acontecimientos y el segundo por su impactante recreación de un ser sumamente perverso y violento.
Lo dicho, aire fresco e interesantísimo lenguaje cinematográfico en un género que en España parece tabú. Queda demostrado que hay suficientes mimbres para ver un futuro prometedor en ese tipo de cine.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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