Curve review


Título original: Curve

Año: 2015

Duración: 82 min.

País: Estados Unidos

Director: Iain Softley

Guión: Kimberly Lofstrom Johnson, Lee Patterson

Música: Ed Shearmur

Fotografía: Brad Shield

Reparto: Julianne Hough, Teddy Sears, Madalyn Horcher, Drew Rausch, Penelope Mitchell, Kurt Bryant


Espeluznante juego de supervivencia.

Cuando empecéis a ver esta película os parecerá que estáis montados en una montaña rusa, en todos los aspectos. Primeramente por un arranque fulgurante, con un par de vueltas de tuerca seguidas que hará que remováis el culo en vuestro asiento para acomodaros. Pero como toda atracción de ese tipo, tiene subidas y bajadas, eso sí, el ritmo no se pierde nunca.

¿A qué me refiero con eso?, pues que llega un momento en que todo se vuelve rutinario. No me malinterpretéis ahora, no digo que sea aburrida o tediosa, al contrario, pero nos ofrece una serie de situaciones, las cuales hemos podido degustar en infinidad de ocasiones.

En esto último también incluyo a la heroína de turno o como la queráis llamar. Los que seáis un poco retorcidos, yo también me incluyo, llegará un momento en que desearéis que no tenga tanta suerte, ni tantos recursos, ni sea tan inteligente, ni tan valiente, etcétera, supongo que ya sabéis por donde van los tiros. Tampoco quiero insinuar con esto que tomemos partido por el puto psicópata, ¿o sí?...

Mallory es una joven que se dirige en coche desde San Francisco a Denver para asistir a su boda. Tras un problema mecánico conoce a Christian, un apuesto y encantador autoestopista el cual se brinda a arreglarle el vehículo. La cosa se empieza a complicar cuando ella descubre que debajo de esa imagen se esconde un despiadado asesino. Para intentar salvarse no duda en estrellar deliberadamente el todoterreno que conduce. A partir de aquí empieza la verdadera lucha por sobrevivir.

A pesar de un excelente guion obra de Kimberly Lofstrom Johnson y Lee Patterson, Curve resulta bastante desigual. Eso nos sorprende un poco porque en la dirección está Iain Softley, curtido director con un gran bagaje a sus espaldas, respaldado por el elenco de grandes estrellas que protagonizan sus películas. Solo basta remontarse a sus inicios para comprobar que dirigió a una jovencísima Angelina Jolie en la ya vetusta Hackers, piratas informáticos, estamos hablando de 1995, no hace falta decir nada más.

Nombrar al encargado de la fotografía, Brad Shield. Entre sus méritos, su currículo es impresionante, está el de rodar en espacios minúsculos con constantes movimientos, tanto de cámara como de decorado. Perfecto.

Julianne Hough nos ofrece, en su papel de Mallory, un gran trabajo. De ella no es la culpa de que su personaje nos provoque sentimientos contradictorios. Destacar su logrado cambio de registro al pasar de chica bombón a una heroína con más cortes que una película de izquierdas en la dictadura. En el otro lado tenemos a Teddy Sears en su papel de psicópata al uso. No es muy creíble puesto que Dios no le dio un físico para esos menesteres. Si se buscaba el factor sorpresa les salió el tiro por la culata. El resto del trabajo actoral es muy poco relevante.

Distraída de principio a fin, con las salvedades que he comentado. El que avisa no es traidor. Adelante, no tengáis miedo, ¿o sí?...

Firma: Josep M. Luzán
@Josep_Luzan