FPS: First Person Shooter review


Título original: FPS: First Person Shooter

Año: 2014

Duración: 80 min.

País: Alemania

Director: Andreas Luetzelschwab

Guión: Andreas Luetzelschwab

Música: Julio de la Garza, Irvn, Nelson Scott

Reparto: Jürgen Sütterlin, Sascha Strack, Atlanta Lützelschwab, Tobias Winkler, Hans Lützelschwab, Achim Lützelschwab, Sebastian Kettner, Andreas Luetzelschwab, Ines Klein, Stephan Weyte, Rob Banks


Original y aburrida.

Se entiende por First Person Shooter a aquellos videojuegos en el que la visión del jugador se ubica en primera persona, es decir, lo que tú ves es lo que se supone que está viendo el personaje. Es uno de los géneros más famosos que hay en el mundo del videojuego y hay a patadas de estos. Empezando por Wolfenstein en el año 1981 que fue el que abrió la veda, pasando por Quake, Unreal y llegando a nuestros días con Call of Duty y Battlefield. Esta película es un homenaje constante a este género, sobretodo en los que se ubican en la década de los noventa como Doom o Duke Nukem.

Un extraño hombre va a rescatar a su mujer embarazada la que ha sido secuestrada por un científico loco en medio de una pandemia zombie.

Para empezar hay que decir que esta es una película muy (pero muy) rara, toda ella representa que es un videojuego y que lo que estás viendo es una partida a este. Y lo que en un principio se ve súper original y divertido (es consciente de que es una chorrada en todo momento) va pasando poco a poco al aburrimiento y a lo monótono. Tienes esa sensación de que algo muy bueno está por venir pero nunca llega y salvo algún momento puntual no verás nada mejor que lo que ya hay en los primeros diez minutos. Utiliza elementos comunes para construir una historia como notas escritas, diarios y demás, pero no consigue tener un mínimo de interés.

Debuta en la dirección y guión Andreas Luetzelschawb y pese a que la idea inicial es muy buena y está correctamente explotada no acaba de hacer algo entretenido. La velocidad de la acción es muy lenta y las escenas de acción son poco convincentes. De los 80 minutos que dura la cinta la reduces en la sala de montaje a poco menos de 30 y tienes un cortometraje de alta calidad explicando lo mismo, aparte de que te ahorras los largos momentos en los que no ocurre nada. Múltiples las veces que el personaje va lentamente inspeccionando el lugar sin que ocurra acción alguna, lo que en un principio está bien para darle fuerza a la ambientación al poco se vuelve un relleno descarado para sumar minutos sin que se dispare el presupuesto. Hay un buen trabajo de maquillaje en la mayoría de los zombies y algunas prótesis están bien integradas. A parte el carisma del protagonista, al que nunca veremos la cara pero que no para de soltar chascarrillos constantemente, al más puro estilo Duken Nukem.

No es una película recomendable salvo por sus primeros minutos en los que verás los mejores chistes y un resumen de lo que será el resto de ella. Se nota que hay esfuerzo en la ambientación y el diseño de producción pero faltan medios para explotar completamente la idea, que dicho sea de paso, es condenadamente buena.

Firma: Oriol Hernández.