Título original: Ludo
Año: 2015
Duración: 90 min.
País: India
Director: Qaushiq Mukherjee, Nikon
Guión: Qaushiq Mukherjee, Nikon
Música: Neel Adhikari
Fotografía: Sayak Bhattacharya
Reparto: Tillotama Shome, Kamalika Banerjee, Rii, Joyraj Bhattacharya, Murari Mukherjee, Ananya Biswas, Ranodeep Bose, Soumendra Bhattacharya, Subholina Sen
Terror indio, diferente y un tanto plomizo.
Los que estamos acostumbrados a ver cine de origen indio asociamos rápidamente diversión, acción y cierto toque moral, todo ello acompañado de un digamos buen rollo. Ludo se aparta completamente de eso. Para lo bueno y para lo malo. Ciertamente cuesta encontrarse con una película de terror de ese país y es una experiencia sorprendente.
Este film lo podemos dividir claramente en dos partes. La primera parece la típica comedia de unos adolescentes sedientos de diversión y que parece seguir los cánones del cine de la India, con situaciones cómicas muy bien resueltas. La segunda en cambio se convierte en algo tenebroso y oscuro. El choque es brutal pues el paso de una parte a otra se produce súbitamente y casi sin avisar. Puesto a elegir hubiera preferido que la primera mitad se hubiera alargado algo más.
Cuatro adolescentes tienen ganas de quemar las naves en una noche loca. Tras un incidente con la policía se encuentran sin un duro y han de desechar la opción de alojarse en un hotel. Un centro comercial parece el sitio idóneo para dar rienda suelta a sus fantasías. No están solos, una extraña pareja se une a la fiesta y les propone un juego.
Extraña cinta no demasiado comprensible a no ser que te metas totalmente en ella, cosa un tanto difícil por el desfase a la hora de presentar unas imágenes, en principio pensadas para aterrorizar. La dirección y el guión recaen en Qaushiq Mukherjee y Nikon, siendo este último muy confuso en la parte que tendría que ser más fácil. Es como si se quisiera acabar rápidamente saliendo a escena de manera algo atropellada, chamanes, vampiros y otras criaturas varias.
Como su nombre indica, Ludo tiene que ver con el juego, ahora bien podrían haber discurrido algo más cuando decidieron elegir una especie de parchís, eso sí esta vez con luces. Diversas veces se ha comentado que cuando de una película destacas el apartado más técnico es que la cosa no ha ido demasiado bien. Y este es el caso. La música y la fotografía son dos de los elementos a mencionar. Respectivamente corresponden a Neel Adhikari y Sayak Bhattacharya. Otros de los aciertos son las partes más gore, que son resultonas sin llegar a explosionar, y el acertado maquillaje, en este caso de un viejo conocido David Scherer responsable en este apartado de, entre otras, Thanatamorphose, The Theatre Bizarre y más recientemente Chimères, con eso creo que está todo dicho.
No me extenderé mucho para hablar de las interpretaciones puesto que es casi imposible citar a ningún actor o actriz por sus méritos artísticos.
Para finalizar decir que si queréis ver algo curioso no es mala opción. Su vago parecido a The Taking da una idea por dónde van los tiros.
Firma: Josep M. Luzán.
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