Crónica Festival de Sitges 2015 día 9


Sábado 17 de Octubre

Empezamos la mañana bien temprano, para variar, y asistimos a la proyección de Moonwalkers de Antoine Bardou-Jacquet. Producción francesa ambientada en el Londres de 1969, año de la llegada del hombre a la luna. Muy divertida, recreando fielmente esa época y apoyada en una muy buena banda sonora. No es lo principal, pero tiene escenas gore muy bien resueltas. La pregunta del millón: ¿fue Kubrick el encargado de filmar ese acontecimiento? Un agente de la CIA intentará contactar con el famoso director. Por contra da de bruces con un penoso manager musical.

Dentro de la misma sesión nos toca viajar a Finlandia para ver Lovemilla de Teemu Nikki. Demencial película que no sabes por dónde cogerla. Con toques surrealistas, su director da rienda suelta a algo que podríamos definir como cine-freestyle. Eso y provenir de un desconocido entre nosotros cine finlandés, la hace interesante y muy divertida. Aimo i Milla, en plena crisis económica, no tienen más remedio que ir a vivir a casa de los padres de ella que aparte de ser alcohólicos son zombis. Aimo, con la autoestima un poco baja, no duda en instalarse unos artilugios corporales que lo convierten en algo parecido a Robocop.

Llega la hora de una de las más esperadas, sobre todo para los seguidores del cine indio, Baahubali - The Beginning de S.S. Rajamouli, la producción con más presupuesto de la historia del cine indio, presupuesto totalmente justificado. Desde el minuto 1 apreciamos ese alarde de medios del que dispone esta increíble película. Acción, bailes, epopeya, todo un festival del que disfrutamos junto a un Auditori lleno y totalmente entregado a la cinta. Nos habla de la épica epopeya de Shivudu, desde su accidentado nacimiento hasta su ascenso al poder.

Llegamos al gran momento. Cruces de dedos, rezos a santos y santas y alguna que otra apuesta. Es la hora de la rueda de prensa donde anuncian el palmarés. Comentaremos aparte y punto por punto todos los premios.

Tras una pausa y en la misma sala asistimos al pase de High-Rise, esperada cinta del británico Ben Wheatley, autor entre otras de Sightseers, A Field in England y Kill List, con lo que ya íbamos algo preparados para lo que íbamos a ver. La realidad superó todas las expectativas en cuanto a rareza, perdiendo algo de la frescura que introdujo en sus anteriores films, a pesar de tener un buen presupuesto y unos grandes actores. Un rascacielos autosuficiente sirve de morada para una serie de individuos muy clasistas. La utopía choca con una realidad dónde el caos y la anarquía son la forma de vida.

Esto se acaba, pero antes de ver el film de clausura contamos con la presencia del director del festival Ángel Sala que después de los agradecimientos de turno, nos hace un breve resumen de cómo ha ido esta gran edición del festival. Tras los prolegómenos, los presentadores más queridos del Auditori, Dafnis y Melina empiezan a comunicar al público el palmarés de este Sitges 2015, premios acertados y algunos abucheados, como cada año llegados este momento. La polémica está servida pase lo que pase. La película encargada de cerrar la gala es Into the Forest, contando con la presencia de su directora Patricia Rozema. Un film post apocalíptico bastante costumbrista y poco arriesgado, el cual destaca por una gran actuación de Evan Rachel Wood en contrapartida de una Ellen Page bastante contenida. Al final tímidos aplausos por parte del público. Nos quedamos con alguna escena bastante potente y una buena fotografía, sobre todo cuando visitan el bosque. En su contra el haber tenido en clausura del festival hace algunos años The Road otra visión de una tierra post apocalíptica mucho más impactante y redonda en todos los sentidos. Un apagón masivo precipita el fin de la humanidad. Dos hermanas luchan por sobrevivir, cosa no demasiado fácil.

Por nuestra parte nos toca finalizar esta fantástica edición con una mezcla de alegría y tristeza. Nos preparamos para la misteriosa película sorpresa que resulta ser El Clan de Pablo Trapero. Impactante. Pese al cansancio que llevábamos en el cuerpo no pudimos despegar los ojos de la pantalla. Un ritmo in crescendo y unas interpretaciones sobresalientes hacen que nos despidamos del festival aplaudiendo como locos al final de su proyección. Cuenta la historia real de una familia argentina que en los años ochenta se dedicaba a secuestrar a miembros de familias acaudaladas.

Y esto fue todo, contentos de terminar con 9 días de intenso trabajo y tristes por... lo mismo, nos despedimos aquí esperando haber cumplido las expectativas de todos aquellos que nos siguen.