Título original: Cha-i-na-ta-un
Año: 2015
Duración: 110 min.
País: Corea del Sur
Director: Han Jun-hee
Guión: Han Jun-hee
Música: Jang Young-gyu, Kim Sun
Fotografía: Lee Chang-Jae
Reparto: Park Bo-gum, Kim Go-Eun, Hye-su Kim, Go Kyung-pyo, Avery Mull, Sonya Mull
Un mundo violento y sin compasión.
Cada vez que veo otra película coreana tengo más claro que esta gente tiene un talento natural a la hora de dirigir thrillers, solo ellos saben rodar con un tempo perfecto y de manera magistral. Coin Locker Girl no es ninguna excepción, pese a ser un debut en dirección, Han Jun-hee parece que lleve toda su vida detrás de las cámaras, pulso firme y no titubea en ningún momento. El director no tiene reparo en mostrar la Corea más oscura, la Corea sin compasión, además lo hace de manera como solo los grandes serian capaz de hacerlo.
Una niña es abandonada nada más nacer en una de las taquillas del metro. Su vida desde su más tierna infancia ha sido sobrevivir en los suburbios. Pronto es vendida a una familia mafiosa que utiliza a niños para realizar sus trabajos sucios, mano de obra barata y eficaz. La pequeña Il-Young se abrirá paso entre esta familia mafiosa hasta alcanzar un alto rango a su llegada de la adolescencia. Su mundo, es cruel, donde palabras como la compasión o el amor no están incluidas en su diccionario. En los bajos fondos no hay tiempo para dudar, matar o morir.
Como dije antes, para Han Jun-hee, es su primer trabajo como director, que además el mismo firma en solitario su guión. Su trabajo en ambos aspectos es más que destacable, y más para alguien que tan solo destacaba por haber firmado un guión para un largometraje años atrás. No todo el mundo puede presumir de debutar en la dirección con un film de tal calidad como lo puede hacer Jun-hee.
Técnicamente Coin Locker Girl sobresale en todos y cada uno de sus apartados. Y en el apartado artístico puedo mencionar sin ninguna duda dos nombres propios, pues las encargadas de llevar hacia delante con soltura y decisión esta película son sus dos protagonistas, que a su vez podemos definirlas como el día y la noche. Kim Hye-Soo, la experiencia viva, más de dos décadas actuando en todo tipo de films y por otro lado, la jovencísima Kim Go-Eun, que hace dos años ya demostró que es una joven promesa capaz de cargar con el peso de la cinta sin ningún problema. Dos grandes actrices enfrentadas en pantalla que se complementan a la perfección.
Sin piedad y sin escrúpulos, una película que llega hasta las vísceras. Desde The Yellow Sea no había visto un film tan frío y tan visceral. Los bajos fondos como forma de vida, un lugar hostil y tan oscuro como el mismo infierno. De lo mejor del cine coreano en lo que llevamos de año y ya anticipo que va a ser difícil que sea superada.
Firma: Omar Parra.
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