La última jornada de la IV Edición del Festival de Cinema de Terror de Sabadell arranca a las 11:00h con la Matinal Infantil. Un público entregado y entusiasta acude en masa a los Cines Imperial para una programación que hará las delicias de todos los asistentes, incluso de los no tan pequeños.
Las dos primeras proyecciones son obra del Taller d’Stop & Motion El Bombeto, y se trata de El Gran Esglai den Joan Sense Por y La Terrorífica Història de Hansel i Gretel, dos cortometrajes realizados en el 2014 que parten con la premisa de hacer una versión en clave de terror de estos cuentos populares.
Para finalizar esta matinal una película que hace las delicias de todos los asistentes debido a su calidad y a su diversión. Se trata del largometraje de animación Hotel Transilvania de Genndy Tartakovsky, creador, entre otros, de la exitosa serie de animación infantil Las Supernenas. En este film nos narra la historia de Mavis. Cuando cumple la mayoría de edad que son 118 años, su padre, el Conde Drácula, decide organizarle una fiesta con unos invitados un tanto especiales.
En los mismos Cines Imperial, nos disponemos a asistir al gran acontecimiento, la Maratón del Festival y que este año nos presenta una programación sumamente atractiva, aderezada con unos cortometrajes que rayan a gran altura. Sin duda, año tras año, la dedicación de la organización y la experiencia adquirida, van dejando su huella.
Sin más dilación vamos por materia. Puntualmente a las 16:30h se procede a la presentación del Festival y se aprovecha para dar entrega a los Premios Jorge Grau al mejor Micrometraje de Terror y a los del Consurso de Microrelatos de Terror.
Para empezar la Maratón propiamente dicha, contamos con dos platos a cual más suculento. La Noche se encarga de romper el hielo. Obra de Noel Méndez Budia y Oriol Peñalver y con una duración de 19 minutos, nos narra la historia de un padre de familia que inicia el día como otro cualquiera. Pronto, extrañas circunstancias le harán ver que esto no será exactamente así.
Seguidamente, uno de los platos fuertes del año 2013 y que inaugura los largometrajes, nos estamos refiriendo a We Are What We Are, de Jim Mickle, autor entre otras de Cold in July y Stake Land. Más que un remake de la original mexicana Somos lo Que Hay, podríamos decir que es una adaptación, ya que no es totalmente fiel al original, sin que ello la haga resentirse demasiado. Hay que decir que su calidad queda evidente desde el primer al último minuto. La familia Parker queda desamparada al perder a la madre víctima de una muerte súbita y extraña. Al resto de la familia no le quedará más remedio que buscarse, a partir de entonces, el sustento de una manera un tanto peculiar. Destacar entre sus protagonistas a un habitual de Quentin Tarantino y estrella del reparto en Red State, Michael Parks.
Esto no ha hecho nada más que empezar y enseguida nos damos cuenta que el nivel será apoteósico. Para reafirmar esto solo nos queda esperar para poder asistir al segundo bloque de la jornada que por lo que parece no tiene nada que envidiar al anterior.
Como es habitual, un short film precede al principal. En este caso se trata de Play Time de Ryan Thompson. Una mujer asiste despavorida a una serie de acontecimientos que suceden en su propia casa, sin que tengan explicación alguna. Lejos de que todo vuelva a la normalidad, acabará convirtiéndose en una auténtica pesadilla.
A veces es bueno echar la vista atrás, aunque no sea mucho, sobre todo si se trata de visionar una obra de calidad como es el caso de Livide de 2011 y cuya autoría recae en Alexandre Bustillo y Julien Maury autores también del guión. La fama de su predecesora, À l'intérieur , hacía presagiar algo perturbador. No es exactamente así, pero los excelentes, y en cierta medida, poéticos momentos del film lo hacen verdaderamente excitante. Lucy, que tiene un ojo de cada color, acepta un trabajo de cuidadora de ancianos a domicilio. Primero tiene que aprender y acompaña a una señora, la cual efectúa con ella una ronda de visitas. Tras comprobar que va a necesitar algo de estómago, conoce a la señora Jessel de unos 100 años de edad, que aparentemente vive sola y que había sido una exigente y brillante profesora de ballet. Al acabar la jornada, nuestra joven protagonista se encuentra con su novio y le explica cómo ha ido el día. William abre los ojos como platos al oír que esa anciana esconde un tesoro en su mansión. Junto a su amigo Ben, los tres deciden hacer una visita nocturna a la señora Jessel. Quizás no sea todo tan fácil como piensan.
Después de una pequeña pausa, es la hora de cenar, nos llega el tercer bloque y la calidad va en aumento. Felicitar a toda la organización, y sobre todo a los programadores, por el ritmo in crescendo que han sabido imponer.
Tenemos la agradable sorpresa de poder visionar para empezar, Rostbif, dirigido por Jordi Castejón y con Sergio Barnés en la fotografía, los cuales hacen la presentación. Con ya cierta experiencia cinematográfica, nos ofrecen un corto rompedor y muy original que causa una gran impresión. Rostbif es un decadente restaurante, que cuenta con una dudosa carta. Los problemas económicos son constantes y para evitar una más que segura quiebra, no dudan en usar unos métodos muy especiales.
Llega una de las sensaciones de la noche, Cheap Thrills de E.L. Katz. Esta gamberrada, por llamarla de alguna manera, creo que consiguió el efecto contrario al pensado inicialmente. Parece concebida para divertir y que sea desenfadada, no sabemos por qué, Katz creo que tampoco, se convierte en algo que deja mal cuerpo, no por el gore, que lo hay, si no por las situaciones creadas, a cual más salvaje. Craig es un padre de familia totalmente arruinado y a punto de ser desahuciado. Para colmo lo ponen de patitas en la calle en el taller donde trabaja. Para amargar las penas se va a tomar unas copas en un bar. Allí se encuentra con Vince, un antiguo colega de instituto al que no veía desde hacía 5 años. En plena euforia etílica conocen a Colin y su esposa. Dos pirados forrados de pasta que están celebrando el cumpleaños de ella. A partir de allí se desencadena una serie de acontecimientos a cual más absurdo, que cambiará la vida de todos.
Esto va avanzando, y lejos de hacer alguna bajada sigue manteniendo un gran ritmo que impide que el sueño nos venza.
Cut es un corto súper rompedor y divertido de Peter Lemper, y es el encargado de abrir este cuarto bloque. Su idea principal es muy original, y a pesar de su previsibilidad, nos regala momentos apoteósicos. Diríamos que resulta imprescindible para todos los amantes de este pequeño-gran formato. Al llegar la medianoche, una pequeña barbería comienza a recibir a una clientela bastante peculiar.
Sin tiempo para reponernos, nos llega No One Lives de Ryuhei Kitamura en esta su segunda película en tierras estadounidenses tras El Vagón de la Muerte. Festivalera como pocas, hace las delicias de los asistentes con un ritmo endiablado y la caracterización de un personaje de alto voltaje interpretado con maestría por Luke Evans. Una pareja se encuentra tranquilamente de vacaciones, pero estas se verán truncadas cuando un grupo de delincuentes locales les ataque con la intención de robarles el coche. Desgraciadamente la elección de los atracadores por asaltar a la pareja no es un gran acierto que se diga... ¿Destino? ¿Lugar equivocado, momento esquivado? Sea como sea una orgia de sangre está a punto de desatarse.
Estamos preparados para la traca final. Sin duda, ha valido la pena esperar. Este último bloque es para no dormir.
La primera entrega es lo que vulgarmente se denomina una frikada. Se trata de Treevenge de Jason Eisener, en el que da rienda suelta a su afición por la temática más salvaje a la vez que divertida, gore en estado puro. Después de muchos años sintiéndose ultrajados, los árboles de Navidad deciden tomarse la justicia por su cuenta.
Para finalizar, nada mejor que ver Tucker & Dale Vs. Evil del canadiense Eli Craig en este su debut en el largometraje y que causó sensación cuando se pudo degustar allá en el 2010. Su sabia mezcla de comedia, terror y gore hace de ella casi un referente en el mundo del cine de terror. Un grupo de jóvenes universitarios se dirigen a pasar unos días en los bosques de Virginia. Por otro lado tenemos a dos amigos, que se dirigen, también a los bosques de Virginia, a pasar las vacaciones y a pescar en una cabaña que ha comprado uno de ellos, Tucker. El primer y apoteósico encuentro entre los dos grupos se produce en una gasolinera. Más tarde, se vuelven a encontrar en pleno bosque, y un contratiempo hace que los acontecimientos se desaten. Accidentes de todo tipo, muy graciosos la verdad, provocan la muerte de casi todos los jóvenes. Mientras tanto una historia de amor se va desarrollando entre Dale, y una de las jóvenes, Allison.
Esto ha llegado a su fin, ardemos en deseos de que llegue el año que viene para disfrutar de películas y actividades de todo tipo, aparte de poderse encontrar con viejos conocidos e invitados. Este año hemos podido disfrutar con la presencia de Catriona MacColl, actriz de largo recorrido y que amablemente se prestó a cuantas preguntas se le hicieron.
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