Backcountry review


Título original: Backcountry

Año: 2014

Duración: 92 min.

País: Canadá

Director: Adam MacDonald

Guion: Adam MacDonald

Música: Frères Lumières

Fotografía: Christian Bielz

Reparto: Missy Peregrym, Eric Balfour, Nicholas Campbell, Jeff Roop, Melanie Mullen, Ashley Nay


La naturaleza, a veces, no es nuestra amiga.

Hablando en términos generales, y trasladando el término inglés, podríamos decir que una backcountry es una remota región geográfica, sin desarrollo, que está aislada y de difícil acceso. Esto implica que no es accesible en vehículo, de una altitud relativamente elevada y que no está normalmente habitada por humanos.

Como su nombre indica, este film canadiense nos mete en una de esas regiones, bellísima por cierto. Tenemos la suerte de que toda su duración se desarrolla en exteriores, así podemos admirar los esplendorosos bosques de Ontario, con sus más voluminosos habitantes, aunque os aconsejaría, si algún día decidís ir, que no os acerquéis demasiado, están un poco hambrientos.

Una pareja, Alex y Jenn, deciden pasar unas vacaciones en un paraje inhóspito solamente accesible a través de un lago. Él es un amante de la naturaleza bastante experimentado, ella, de oficio abogada. La primera noche tienen un encuentro inesperado con Brad, un guía local. Que parece que solo tiene ojos para Jenn. A partir de este incidente Alex decide que hay que acelerar para llegar a su destino, Blackfoot Trail. Desgraciadamente se pierden en la inmensidad boscosa empezando una lucha salvaje por la supervivencia, donde está en juego tanto su vida como su precaria relación de pareja.

Interesante obra de Adam MacDonald, que aquí abandona su larga trayectoria de actor, mayormente en el medio televisivo, para introducirse en el mundo del largometraje, tanto en la dirección como en el guión. Le sale sobradamente bien.

Esta apuesta tiene ciertos aspectos que valdría la pena hablar. Empezamos comentando su ligero pero claramente perceptible parecido con la rompedora The Taking de Cezil Reed y Lydelle Jackson, tanto en el aspecto paisajístico como musical, aunque MacDonald sabe suavizar sabiamente lo extremo de esa producción. Otro elemento que incrementa el deseo de compararlas es el mito de Caperucita Roja que en Backcountry queda un poco más diluido, sin duda por la personalidad de la actriz que interpreta a Jenn, Missy Peregrym, que está fantástica en el papel de Jenn, y que poco a poco va tomando las riendas de la historia.

Jeff Roop, el otro protagonista, cumple sobradamente con su papel de novio ultra-eficiente, su naturalidad da al film una credibilidad que tanto por la historia como por las situaciones se nos antoja algo difícil.

El apartado de los efectos especiales, que incluyen ciertos ligeros toques gore, es uno de los aspectos más flojos de esta producción. Son muy comedidos y suaves. Echamos a faltar algo más de mala leche, aprovechando la angustia que puede provocar la soledad de unos personajes en un hábitat tan salvaje. Esto hace que pierda también algo de frescura y verosimilitud.

Es obligatorio hablar de la música obra de Frères Lumières. Por llamarla de alguna manera sería rompedora, fresca, que hace vibrar, y que no esquiva cierto toque de rock duro altamente recomendable para este tipo de films. No sabemos por qué, pero ese estilo musical es muy utilizado en estas cintas, ¿será para contrarrestar la insoportable belleza?

No podemos pasar por alto la excelente fotografía de Christian Bielz, que retrata esos parajes de manera magistral, redondeando todo esto con unos primeros planos impactantes.

Para acabar decir que estamos ante una película muy resultona. Tiene todo lo necesario para triunfar. Calidad, buen guión-dirección, y unas excelentes interpretaciones. Esa falta de dureza que hemos comentado anteriormente, hace que su nota final sea más baja de lo que desearíamos.

Firma: Josep M. Luzán.