Autumn Blood review


Título original: Autumn Blood

Año: 2013

Duración: 100 min.

País: Austria

Director: Markus Blunder

Guión: Stephen T. Barton, Markus Blunder

Música: Robert Miller

Fotografía: Reed Morano

Reparto: Sophie Lowe, Peter Stormare, Maximilian Harnisch, Gustaf Skarsgård, Samuel Vauramo, Tim Morten Uhlenbrock, Annica McCrudden, George Lenz, Nelly Gschwandtner, Jacqueline Le Saunier, Jonas Laux, Hansa Czypionka, Peter Erlach


Las montañas dictan su ley.

Si pudiéramos desnudar una historia para quedarnos en su mínima expresión, nos quedaría algo simple y en cierta medida vulgar. Ahora bien, ¿quién se atreve a tanto?, la mente humana necesita adornar o vestir esa idea primitiva con cosas agradables o desagradables. Eso se multiplica si ya nos introducimos en el mundo cinematográfico, donde tantos factores influyen para lograr crear un film que como mínimo interese al público.

Markus Blunder, en su debut en el largometraje, se atreve con algo bastante inusual y visualmente impactante. La belleza de las imágenes se nos puede antojar chocante junto a la truculenta historia que explica. Sus largos silencios, solo rotos por una sublime banda sonora a cargo de Robert Miller, llegan a hacerse hasta incómodos, pero ayudan sobremanera a subrayar el vacío del hombre frente a la adversidad.

Esta cinta tiene la particularidad que lo que explica está como oculto, goteando poco a poco sin perderse en la inmensidad del paisaje. Nos quedamos como pegados a la butaca y hasta el ruido del motor de un coche en esa inmensidad parece como un terremoto.

Una chica asiste al asesinato de su padre. Junto a su madre y su hermano intenta sobrevivir en un mundo salvaje, donde la naturaleza campa por sus anchas. Cuando muere su madre, el miedo hace que la entierren y no digan nada al ser ambos menores de edad. La soledad es muy mala y unos jóvenes asaltan violentamente a la muchacha, empezando entonces una lucha por la supervivencia y por permanecer juntos.

Gran guión de Stephen T. Barton y Markus Blunder que esconde un oscuro entramado de sentimientos tras bucólicos escenarios de las montañas tirolesas. Consigue atraer ya desde el principio la atención del espectador con suaves pinceladas que se bastan y se sobran para contar algo más bien simple, pero que no deja de ser tremebundo. Hablando de esto, notamos a faltar algo más de mala leche, no porque seamos sádicos, sino porque ayudaría a que todo quedará más redondo. Y es que todo cansa, hasta la más brutal belleza.

Sería un pecado que tras tanto hablar del paisaje no nombráramos la excelente fotografía de Reed Morano que sabe reflejar como nadie un entorno privilegiado, acentuando la ya de por sí maravillosa naturaleza montañosa.

He dejado para el final las interpretaciones. Antes que nada, hacer constar que ningún personaje tiene nombre, son la chica, el niño, el alcalde, el cazador, etc. Para empezar nombrar a Sophie Lowe, espectacular en su papel de chica y con un físico que da en el clavo para recrear a la protagonista. Nombrar también a un secundario de lujo y viejo conocido, Peter Stormare, el lúgubre alcalde, y que ha intervenido en multitud de cintas, entre ellas, y de las más recientes, Bad Milo y The Zero Theorem. También nombrar a Samuel Vauramo, el cazador y a Gustaf Skarsgard, el carnicero, por sus acertadísimas dosis perturbadoras.

En fin, una agradable película que si bien no podríamos encajarla del todo como de género, contiene los suficientes alicientes para pasárselo en grande. Disfrutarla.

Firma: Josep M. Luzán.