Título original: Carnívoros
Año: 2013
Duración: 60 min.
País: España
Director: Manolito Motosierra
Guión: Manolito Motosierra
Música: David Prats
Fotografía: Kiko Navarro, Dani Mesado
Reparto: Pedro García Oliva, Manuel Rodriguez, Marino-Onil, José Luís Tolosa, Hilario Blas, Mayama Lía, Raúl Darío Gandoy, Alister Bonmati, Lola Pascual, Yolanda Berenguer
El gore más extremo, una explosión de sangre y vísceras.
Se dice que los extremos se tocan. La distancia entre el terror y la carcajada a veces es muy pequeña. En Carnívoros es insignificante, apenas una delgada línea, de color rojo por cierto por la cantidad de litros de sangre que salpican la pantalla. Manolito Motosierra vuelve a las andadas, esta vez con saña y mala leche para regocijo de un público aún más enfermo que él. Está rodada sin miramiento alguno y no duda en utilizar todo lo que tiene a su alcance para dibujar un mundo garrulo en el que el más cuerdo camina al revés. El buen gusto brilla por su ausencia, con algunas escenas que hará que se le pongan los pelos de punta a más de uno.
Después de esta pequeña introducción, para que os vayáis situando, decir que acierta en casi todos sus planteamientos iniciales, que supongo que no serán otros que el de hacer pasar un rato divertido a los escasos afortunados que podrán visionarla, y provocar asco, repulsión y todo lo que se os ocurra a los que aguanten hasta el final. De entrada es una concepción arriesgada, pero qué más da, por suerte estamos en un mundo que, hasta donde nos dejan, permite expresarnos con libertad.
La historia se centra en un grupo de heavy metal. Esto ya de por si nos da una idea de por dónde van los tiros. Supongo que nadie piensa en los componentes de esos grupos como angelitos que van a misa y se desviven por la caridad. Si a eso le sumamos un manager gitano, la cosa va tomando tintes de tragicomedia. Pero bueno, todo es teoría, estoy seguro que todos son buenos chicos. Permitirme un pequeño chiste abreviado, el cantante metalero Ronnie James Dio al morir bajó al infierno, y Satanás le preguntó: "¿Porque estás en el infierno?", a lo que Dio respondió: "Perra, ¡quítate de mi trono!".
Los componentes de Las Pollas del Metal, presionados por su productor, deciden realizar una gira por Galicia para perfeccionar su "técnica". Les acompaña su manager, de etnia gitana, que se vuelve más loco de lo que está soportando el comportamiento de ese grupo de angelitos. Aterrizan en un pueblo al sufrir una avería la vetusta fragoneta en la que viajan. Los habitantes de ese lugar les dan una cálida y personalizada bienvenida.
Irreverente, gamberra y desacomplejada cinta de Manolito Motosierra, que no duda en poner en la coctelera todos los ingredientes para provocar asco, repulsión y todo lo que se os ocurra con el fin de dar una vuelta de tuerca más a un tipo de cine escatológico y bizarro. Lo consigue ampliamente, cosa muy de admirar, ya que alcanzar la meta que nos hemos propuesto, en cualquier campo que se os ocurra, es algo sumamente difícil, muchos se quedan por el camino. Como es natural todo en esta vida tiene su lado positivo y negativo. En el plato de la balanza de las cosas buenas, destacar las excelentemente bien filmadas escenas gore, que son muchas, me atrevería a decir que el 90%. Los increíbles efectos especiales y el excelente maquillaje consiguen ampliamente su objetivo que nos otro que provocar en el espectador autentica repulsión. Destacar también la magnífica fotografía de Kiko Navarro y Dani Mesado y unas localizaciones obras del Sr. Guijarro, concretamente en la Sierra de Mariola de Alcoi, que destacan por su belleza. En el otro plato de la balanza podríamos poner las interpretaciones. Ya sé que no es una obra de Shakespeare, pero rozan el ridículo, cosa que en este tipo de filmes habrá algunos que lo catalogarían como algo digno de admirar. El guión, también del Sr. Motosierra, es muy simple, quizás solo sea una excusa para el rodaje de toda la casquería que aparece en la pantalla.
Poco más que añadir. Es una película solo apta para un tipo muy minoritario y específico de público, el cual gozará sin duda al límite con esta gamberrada. Las carcajadas seguro que serán atronadoras, el verdadero terror quizás lo encontremos en cosas mucho más cotidianas. De visionado imprescindible para los amantes del gore y a los que les encante ver salpicada la pantalla de sangre y otros líquidos o sustancias. Un consejo, verla antes de cenar.
Firma: Josep M. Luzán.
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