Título original: Caníbal
Año: 2013
Duración: 116 min.
País: España
Director: Manuel Martín Cuenca
Guión: Manuel Martín Cuenca, Alejandro Hernández
Fotografía: Pau Esteve Birba
Reparto: Antonio de la Torre, Olimpia Melinte, María Alfonsa Rosso, Joaquín Núñez, Gregory Brossard
Cruda como la carne.
Desde la distancia vigila el leopardo, lo suficiente lejos para que su presa y alimento no se alerte, al igual que el psicópata que aguarda paciente su próxima víctima. Un lejano plano general abre el telón de esta historia, advirtiendo de la excelente fotografía (Pau Esteve Birba) que tiene como bandera el film, y a la vez, de que estamos ante algo más que mero entretenimiento.
Carlos es un prestigioso y respetado sastre de Granada. Su vida está enfocada a su trabajo y a su peculiar gusto culinario por la carne humana de jóvenes desconocidas. La metódica vida de Carlos se verá alterada al conocer a Nina, la hermana de su nueva vecina recientemente desaparecida.
Bajo el lema de “menos es más”, el director Manuel Martín Cuenca, cuenta toda la historia a partir de todo aquello que no vemos, convirtiendo el film en un ejercicio intelectual entre el espectador y la obra. Generando momentos de incertidumbre que poco a poco se irán reencontrando hasta el punto fuerte, donde concluye todo lo visto hasta el momento, el clímax final, donde pasiones e intensas emociones son reveladas al ritmo de un frío alivio, bajo gran tensión dramática entre los personajes.
Papeles interpretados por la sorprendente Olimpia Melinte, que ejecuta un ejercicio brillante en los dos papeles que interpreta en la película, como la explosiva y extrovertida vecina de Carlos, y como Nina, la introvertida hermana de esta, aderezado todo con un acento rumano más que exótico dentro del film. Y por otro lado, la interpretación del año, donde Antonio de la Torre, se vacía para dar vida al psicópata con asentimiento y legitimidad para matar con total tranquilidad, como demuestra en varias escenas que no comentaré para no negárselas a los futuros espectadores.
El personaje de Carlos, es el reflejo de una sociedad actual que muchos creemos pasada, pero que conviven en nuestros pueblos y ciudades en la actualidad. Con claros paralelismos hacia el cristianismo, donde redención, culpabilidad y perdón se muestran presente ante una banda sonora que no suena con notas, sino con gotas de sangre, al ritmo pausado que no deja nada al azar en ninguna de las secuencias que componen esta trabajada y cuidada obra.
Si queréis disfrutar del cine bien realizado, cuidado y con unas interpretaciones brillantes, esta es vuestra película. Si por el contrario, queréis entretenimiento fácil y sin sentimiento, hay un abanico muy extenso en el mercado para que no maltratéis esta película ni vuestro tiempo propio.
Firma: Gerard FM.
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