Título original: Cementerio General
Año: 2013
Duración: 90 min.
País: Perú
Director: Dorian Fernández-Moris
Guión: Javier Velásquez, Dorian Fernández-Moris
Música: Jan Diego Malachowski
Fotografía: Miguel Angel Valencia
Reparto: Airam Galliani, Nikko Ponce, Leslie Shaw, Marisol Aguirre, Jürgen Gömez
Terror adolescente y desenfadado.
Estamos un poco empachados de los filmes rodados cámara en mano. Hay que reconocer que tienen su gracia, pero su reiteración hace que perdamos el interés. Cementerio General, del joven realizador peruano Dorian Fernández-Moris, consigue que, aunque sin aportar nada nuevo, la miremos con simpatía, sobre todo por la sinceridad y buenas intenciones con que está rodada. Muchos pensaréis que esto no es suficiente, pero en mi opinión son unos argumentos que tenemos que valorar. A veces nos tenemos que tragar cintas grandilocuentes y pretenciosas, que a la hora de la verdad no aportan nada nuevo.
A la naturalidad que destila esta película contribuyen las interpretaciones de unos jóvenes actores que, casi sin hacer ningún esfuerzo, dan un aire desenfadado, con ciertos toques de humor, que hacen muy entretenido su visionado. Por otra parte tampoco es un film rodado en su totalidad de manera subjetiva, mezcla de manera un tanto aleatoria y para nada clara el cine tradicional con esa modalidad tan de moda. ¿El resultado? bueno, un poco irregular y, porque no decirlo, sorprendente.
Con unos personajes y una trama en cierto modo muy locales, meritoriamente consigue deshacerse de esa imagen contribuyendo a extender un cine, el sudamericano, el cual es, para nosotros, muy cercano y al mismo tiempo muy lejano.
Aparte del aire de falso documental comentado anteriormente, la sinopsis se mueve en el filo también de cosas muy vistas, tales como ouija, apariciones, venganzas del más allá, etc, pero la introducción de ciertos elementos peculiares hará que nos parezca más novedosa de lo que en realidad es. Esto es, sin duda, un mérito a añadir al producto final.
Andrea no se ha podido despedir como ella quería de su padre recientemente fallecido. Para remediar eso, y con ayuda de sus amigos, acude a métodos para nada tradicionales. Desgraciadamente ese esfuerzo solo le servirá para descubrir una oscura historia, en la cual se introducirá para acabar siendo involuntaria protagonista.
Interesante película del totalmente desconocido cine peruano, que además de lo comentado anteriormente, tiene más cosas positivas. Entre ellas destacaría el guión de Javier Velásquez y Dorian Fernández-Moris, que sin llegar a ser una obra maestra, cumple su función de mantener el interés durante todo su metraje, en su contra está un final un tanto confuso y que tiene el efecto contrario al buscado. La fotografía de Miguel Angel Valencia introduce una pequeña novedad, el descarado y, hasta a veces, molesto desenfoque de la cámara, no obstante, eso tiene la función de aumentar la tensión, lo cual consigue ampliamente. No me extenderé en las comentadas interpretaciones, sumamente realistas y naturales, sin poder destacar a nadie.
En fin, ya está todo dicho. No asustéis por el género que toca ni la manera que está rodada, solamente mirarla como una pieza de entretenimiento, pero, atención, con algún que otro susto en el momento justo.
Firma: Josep M. Luzán.
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