The Tunnel review


Título original: The Tunnel

Año: 2011

Duración: 90 min.

País: Australia

Director: Carlo Ledesma

Guión: Enzo Tedeschi, Julian Harvey

Música: Paul Dawkins

Fotografía: Shing Fung Cheung, Steve Davis

Reparto: Bel Deliá, Andy Rodoreda, Steve Davis, Luke Arnold, Goran D. Kleut, James Caitlin


No os aventuréis en los túneles, lo que allí habita no os gustará.

En parte basada en hechos reales, la historia de The Tunnel narra la vivencia de un grupo de periodistas de investigación en la inmensa red de túneles construidos debajo de la ciudad australiana de Sidney. La técnica del falso documental, que tan buenos resultados ha obtenido en producciones como [REC] o Paranormal Activity, es el recurso utilizado. Rodada íntegramente cámara en mano, también se han añadido secuencias en blanco y negro de las cámaras reales situadas en el metro o en otros lugares de la ciudad. Todo ello, junto a las espeluznantes imágenes filmadas en los túneles auténticos, contribuye a dar un notorio realismo a la propuesta. Sobradamente conocida es la escasez de agua que sufre Australia, por eso, cuando se descubre un inmenso lago subterráneo en Sidney, es de extrañar que el gobierno no se decida a aprovecharla. Esta es la premisa real para el posterior desarrollo de la cinta, todo lo demás es ficción.

Con un presupuesto ínfimo, para terminar la película, fue necesario recurrir al crowfunding (aportaciones voluntarias a través de Internet a cambio de algún obsequio o mención). A pesar del coste tan escaso, no puede decirse que el resultado haya sido malo. Sin llegar a ser una obra maestra, el argumento está escrito con la intención de mantener al espectador atento a la pantalla, y lo consigue. Aunque, sin duda, lo mejor es la ambientación dentro de los túneles, allí abajo el ahogo es total y la sensación de peligro, constante. Debido a la mano firme del director Carlo Ledesma, el ritmo frenético de montaje transmite urgencia y nerviosismo, sin llegar a mostrar escenas demasiado explicitas. Todo el terror lo generan las sombras furtivas, los susurros en la oscuridad y la claustrofobia, mucha claustrofobia.

El elenco de protagonistas realiza unas interpretaciones del todo creíbles, si bien no son actores conocidos, están a la altura y transmiten con profundidad psicológica, todo el pánico de su extrema situación. Es destacable el trabajo de Bel Deliá que da vida a la ambiciosa reportera Natasha Warner y plasma un papel sincero y meritorio. Por otra parte merece la pena destacar la peculiar banda sonora, y no solo me refiero a la música sino también, a los imperceptibles murmullos, los siniestros ruidos y los golpes estruendosos que consiguen poner los pelos de punta.

Natasha es una joven periodista en busca de un gran reportaje que le otorgue fama y notoriedad. Cuando el gobierno de Nueva Gales del Sur, rechaza extraer el agua potable de un lago situado bajo la ciudad, Natasha sospecha que hay algo más. Sin obtener el obligado permiso oficial y convenciendo a un grupo de compañeros, decide bajar a la intrincada red de túneles que subyacen en Sidney. Pronto tomarán conciencia de que no están solos en la impenetrable maraña de galerías.

Entretenida, original y sencilla película que evidencia el buen hacer cinematográfico, sin contar con grandes recursos económicos. El survival horror más fresco de los últimos tiempos, no dejará indiferente a nadie. Los seguidores de las producciones rodadas bajo la perspectiva de la cámara subjetiva y de infrarrojos no pueden dejar de verla.

Firma: Sergio Bosch.