World of the Dead: The Zombie Diaries 2 review


Título original: World of the dead: The Zombie Diaries 2

País: Reino Unido

Duración: 88 min.

Año: 2011

Director: Michael Bartlett / Kevin Gates

Guión: Kevin Gates

Productor: Jonnie Hurn, Rob Weston

Fotografia: George Carpenter

Musica: Pete Renton

Montaje: Drew Cullingham

Reparto: Alix Wilton Regan, Hiram Bleetman, Jonnie Hurn, Josh Myers, Marshall Griffin, Philip Brodie


Terrorífica y claustrofóbica, sería la mejor manera de definir esta obra de Michael Bartlett y Kevin Gates. La atmósfera conseguida con la cámara subjetiva de infrarrojos es realmente asfixiante y los continuos sobresaltos hacen que la acción trepidante no se detenga ni un momento desde el principio del film.

El presupuesto es muy limitado y los muertos vivientes parecen sacados del desfile de Sitges, pero todo eso no importa ya que la continua sensación de peligro y la completa oscuridad, de un mundo sin luz eléctrica, son la verdadera causa del terror que produce esta película. La cámara de mano puede llegar a marear en alguna ocasión y, en mi opinión, creo que se abusa un poco de esta técnica, seguramente usada para enmascarar los pobres efectos de maquillaje de los Zetas. La producción no recurre a la violencia gratuita, sino que nos muestra sólo lo estrictamente necesario, y se centra más en las vivencias, o mejor dicho, penurias del grupo de supervivientes de una manera directa y sencilla.

Ha pasado un tiempo desde que un brote viral aniquilase a la mayor parte de la población humana, este virus acabó convirtiendo a sus víctimas en muertos vivientes hambrientos de carne humana. En el Reino Unido, un grupo de paramilitares y civiles supervivientes se han refugiado en un cuartel militar de una zona rural, los cuales reciben una comunicación de dirigirse a la costa para escapar por mar a refugios localizados en los Países Bajos.

Película sin pretensiones ni alardes técnicos que no aporta realmente nada nuevo, puesto que el recurso de la cámara subjetiva está ya bastante explotado. Solamente recomendable para amantes del género.

Firma: Sergio Bosch.