Título original: Fresh Meat
Año: 2012
Duración: 91 min.
País: Nueva Zelanda
Director: Danny Mulheron
Guión: Brad Abraham, Joseph O'Brien, Briar Grace Smith
Música: David Donaldson, Plan 9
Fotografía: Simon Baumfield
Reparto: Temuera Morrison, Nicola Kawana, Hanna Tevita, Kate Elliott, Jack Sergent-Shadbolt, Leand Macadaan, Ralph Hilaga, Kahn West, Will Robertson, James Ashcroft, Richard Knowles, Andrew Foster, Phil Grieve, Thomas Rimmer, Acushla Tara Sutton
Canibalismo lésbico descafeinado.
Con intención de satisfacer los paladares de ávidos fanáticos de la sesión nocturna y el cachondeo llega desde Nueva Zelanda una nueva comedia sangrienta de mano del debutante Danny Mulheron. Un tipo que pese a firmar ésta como su segunda película, lleva ya más de 20 años escribiendo drama y comedia para la televisión e incluso puede presumir de haber trabajado con otro neozelandés muy ligado a la casquería (en sus inicios) que igual os suena, Peter Jackson.
Fresh Meat parte de dos historias protagonizadas por dos grupos de personajes igual de disfuncionales. Por un lado, una banda variopinta de criminales fugitivos, y por el otro, una familia maorí recién iniciada en la práctica del canibalismo cuya matriarca presenta un famoso programa de cocina en televisión. Sus caminos convergen cuando, en su huida, los gansters de pacotilla llegan al domicilio de la familia y se inicia una home invasión bastante desconcertante.
Pasado un primer acto en el que conocemos a los personajes y entramos en la casa, el guión comienza a tambalearse de un lado al otro, dejando la sensación de que el director tenía claro cómo insertar la mayoría de gags y frases ingeniosas de personajes caricaturescos, pero no cómo articular la historia en la sala de montaje. Juega a la clásica ambigüedad de cambio de roles bueno/malo (como en The Perfect Host o la reciente You’re Next) para unir y separar a miembros de los dos grupos opuestos en una jarana de villanos travestidos y erotismo lésbico gratuito.
Las interpretaciones dejan bastante que desear, sobretodo la del hijo mayor florero o la de la hija adolescente que recién ha descubierto sus tendencias sexuales y no duda en ponerlas en práctica con la líder del grupo de criminales, cuyo parecido con el Jared Leto de Dallas Buyers Club me resulta algo perturbador.
Fresh Meat apunta maneras pero al final no es ni lo suficientemente gore para el canibalismo, ni lo suficientemente angustiosa para el home invasión, ni lo suficientemente divertida para la comedia. Sí, tiene sus momentos inspirados de humor negro (encuentro especialmente cachondo que uno de los delincuentes sea el fan número 1 de la madre Arguiñano), pero en la mayoría de escenas está más cerca de lo ridículo y lo tedioso que de lo hilarante.
Firma: Sandra Astor.
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