In the House of Flies review


Título original: In the House of Flies

Año: 2012

Duración: 90 min.

País: Canadá

Director: Gabriel Carrer

Guión: Angus McLellan

Música: Steve MacDougall

Fotografía: Claudio Manni

Reparto: Lindsay Smith, Ryan Kotack, Henry Rollins, Ryan Barrett


El torture porn más extremo.

En los últimos años el género torture porn a proliferado de manera exponencial, mucha culpa de ello la tiene la famosa saga Saw. Tal vez todo esto haya sobresaturado un poco este estilo tan peculiar de cine. Parece que todo ha sido inventado y que nada puede sorprendernos. Pero señoras y señores cuan equivocados estamos si pensamos así, porque aquí tenemos una pequeña joya que realmente nos sorprenderá por su extrema crueldad y a su vez por su extrema belleza.

Verano de 1988, Heather y Steven son raptados y encerrados en un sótano. Solo disponen de un teléfono sin dial de marcado y varias maletas cerradas con candado. Ahí empezara la verdadera pesadilla de los dos jóvenes, una pesadilla que se agravara cuando su captor empiece a darles instrucciones vía teléfono. Sobrevivir a ello no tiene un precio asequible.

El año pasado el director Nicolas Winding Refn, logro transportarnos a los 80 con su magnífica película Drive. Ahora el director canadiense Gabriel Carrer, en los cinco escasos primeros minutos de film y ayudado de música electro-pop nos sumerge de lleno en esos maravillosos ochenta, para sin mediar palabra apartarnos de todo ello y llevarnos a un angosto y húmedo sótano donde nos deparan las más perversas vejaciones.

Un sótano, pruebas de supervivencia, torturas varias, todo eso está muy visto. Cierto es, Angus McLellan con su guión nos somete a una premisa mil veces vista. Y también es cierto que esto es lo que el film más se resiente, un guión falto de innovación. Pero hay que reconocer algo, el resultado final es realmente angustioso y perverso. Deja a películas del calibre de Saw o Hostel al nivel de juegos de parvulario. In the House of Flies es realmente dura, no necesita mostrarnos escenas escabrosas, tan solo con un teléfono nos llega a poner enfermos. Y hay que reconocer que esta fórmula no funcionaria sin las magnificas actuaciones de la pareja protagonista Lindsay Smith y Ryan Kotack, lo bordan. Y como en toda película que se precie estos protagonistas tienen su contrapartida en su captor. Aunque lo importante es su voz, ya que es por teléfono como se comunica con ellos, esto corre a cargo de Henry Rollins, todo un veterano en el mundo del cine.

Gabriel Carrer no es un novato a la dirección, pero partiendo de que la mayor parte del metraje está grabado en un sótano con tan solo dos actores es todo un reto, y lo más sorprendente de esto es que lo supera con creces. No es nada sencillo lograr mantener la atención del espectador, pero no solo la mantiene, sino que nos hace sufrir realmente. Cabe destacar que aparte de dirigir, el mismo es el encargado de la edición del film.

Y antes de terminar hay que hacer una mención especial a Claudio Manni, el director de fotografía. Juega con las luces de manera magistral, usando a la perfección los rayos de luz natural que reciben los protagonistas durante las primeras horas del día.

In the House of Flies no es una película apta para todos los públicos, si bien es verdad que no contiene muchas escenas explicitas, su contenido es realmente perturbador y, sobretodo la voz y deseos del captor producen verdadera aversión. Si estáis deseosos a ver algo que se mueve entre los límites de Saw y Martyrs, esta sin duda es vuestra oportunidad. Empieza la cuenta atrás hacia la locura extrema.

Firma: Omar Parra.